Diario de un escribidor (Día 15)

Alejandro Kozarts

Con el mensaje dejado en el blog ya son 3 los que me preguntan lo mismo hoy: ¿Qué vos nunca te re-fritaste un parte de prensa? Por supuesto que sí, muchachos, todos los que hemos laburado en un semanario o diario sabemos lo que es refritar o llenar una página porque te falta material. Pero una cosa es que eso te pase de vez en cuando y otra que sea una constante, como pasa en la sección de Espectáculos (hace tiempo dejó de ser “Cultura y espectáculos”) de El Tribuno. Está bien que “no se puede ser genial todos los días”, pero esta frase hay que invertirla con los de este matutino: no se puede ser tan mediocre todos los días.

Lo que pasó con esa nota pasa todo el tiempo. El espacio dedicado a los creadores salteños es mínimo, con pequeñas notitas informativas, jamás críticas; mientras la tapa y la nota central versan sobre alguna vedette de televisión o sobre si hay peleas entre las chicas de “el champán las pone mimosas” y en tapa vemos el tuje insoslayable de alguna chica sofovich. Desde luego que adoro esos tujes, quién no, pero para eso está paparazzi o la play boy o Internet… cuando voy a la sección de “cultura” del diario de mayor venta en la provincia espero encontrar notas sobre qué pasa con los hacedores salteños y no, en cambio, si Wanda Nara es la chica del video. La mitad de las notas no tienen nada que ver con Salta y cuando hablan de estos lugares es para reproducir uno que otro parte de prensa y, muy de vez en cuando, una entrevista que es degrabada textualmente. Del diario chiquito ni hablar, que no le dedica ni una línea a la cultura. Y de canal 11, nuestro canal de aire… qué se puede decir… ni siquiera anuncian las películas que pasan en Salta… es tal la dependencia de TEFEFÉ que cuando la locutora dice “vamos a ver cuáles son los estrenos de la semana”, nos muestran las pelis que se van a dar en Buenos Aires y que acá ni aparecen en cartelera. Eso ya es demasiado.

Vuelvo a la nota de El Tribuno, que, como se ve, me molesta y mucho. ¿Quién tiene la culpa? Yo veo dos escenarios posibles:

A- el periodista estaba sentado en la redacción del diario, rascándose a dos manos, como Jaimito el cartero, para evitar la fatiga, cuando el jefe o la jefa le dijo: che, nos faltan 15 líneas, refritate algo. Y el tipo buscó en los mails, encontró la invitación a la muestra, plagió vilmente lo que escribió la filósofa del lenguaje y después puso lo del brindis (en toda muestra lo hay) y le adjuntó los datos de la artista, que venían en el mail.
Bajo esta hipótesis, lo del periodista es dentro de todo perdonable. Sí es deplorable la falta de organización de un medio tan grande. Falta un buen jefe de área.

B- El periodista fue a la muestra, miró los cuadros, se morfó sus buenas empanadas, le dio duro al vino, tomó un papelito que venía con los datos y se fue. Podría, ya que estaba en el lugar, haber mirado los cuadros con detenimiento y de seguro le hubiera llamado la atención la diversidad de las técnicas y temáticas que aborda la hacedora y ya que estaba ahí la pintora le podría haber preguntado del por qué de esos cambios, de sus motivaciones al pintar, etc. Es muy rica la muestra para dejar pasar algo así: hay estilos y temáticas diferentes, desde paisajes a retratos, del color al blanco y negro. Pero no, al tipo ni se le ocurrió hacer una entrevista, ni siquiera ver si podían publicar una foto de algún cuadro o de la artista, y se fue a su casa o a la redacción y se puso a refritar.
Acá si hay culpa del periodista.

La falta de crítica y de un periodismo cultural por lo menos decente perjudica a los hacedores. Hay muchos artistas rompiéndose el alma por seguir produciendo. Sería bueno que tengan su merecido espacio de difusión.
La nota de El Tribuno de ayer fue solo la gota que rebalsó el vaso. Toy esperando que me aprueben un proyecto de investigación en la universidad sobre el neoliberalismo y su impacto en el periodismo cultural del diario El Tribuno durante la gestión de Juan Carlos Romero. Ji, ji: les voy a romper el orto.

Hoy a la tarde en casa. Vi de nuevo “Disparen sobre el pianista” y después “Amada Inmortal”. Dos buenas películas. Después, caminata por la avenida.

Empecé a leer “El limonero real”, de Saer. Todo un desafío, exige mucho al lector. Me gusta. Esta noche me voy a empachar con La Fierro.