lunes, 21 de septiembre de 2009

sábado, 19 de septiembre de 2009

Nos vamos de paseo con Fabián

Los fanáticos que llegaron a Salta

Pesadilla "ricotera": secuestro virtual de un colectivo

Se fumó marihuana durante todo el viaje y obligaron al chofer a detenerse en cuatro oportunidades "para comprar fernet".


El cirujano Santos Gómez Álzaga volvía a Salta después de unos largos meses. Hasta hace poco se desvelaba en la guardia del Hospital San Bernardo, pero ayer se desveló toda la noche en una pesadilla "ricotera" de 22 horas.

Volvía como quien vuelve a Salta, con el corazón ansioso y el espíritu alto. "En el colectivo voy a tener tiempo para leer algo", pensó. Estaba conforme con la elección del coche cama, fantaseaba con la horizontalidad del respaldo. Imaginaba que lo peor que le podía pasar era que le pasen una película argentina. Pero no.

"Hola loco soy Fabián", dijo un sujeto al que el asiento le quedaba chico. Le estrechó una mano demasiado húmeda. Tenía una remera de Los Redonditos de Ricota y un pañuelo medio deshilachado le colgaba del cuello. Cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde. Todos los pasajeros del servicio cinco estrellas, a excepción de él y una encantadora pareja de ancianos, eran sin excepción ricoteros de pura sepa; fanáticos en éxtasis ante la inminencia del ritual, presos de un sentimiento, que según cuentan es "inexplicable".

Cuando se prendió el motor fue como un trueno el himno que lo copó todo: "Una bandera que diga Che Guevara, un par de rockanroles y un porro pa' fumar...Matar un rati (policía) para vengar a Walter (por Bulacio asesinado en un recital) y toda la argentina va a poder festejar ". Las primeras veces aplaudió un poco "como para acompañar", hasta que se dio cuenta que "venía para largo". Según el doctor algunos de los fanáticos "eran de esos que si venís con tu novia te cruzas de vereda".

Ni bien se puso en movimiento la unidad aparecieron vasos ferneceros y tetras cortados. Un dulce e inconfundible aroma a marihuana empezó a emerger desde todos los rincones. Las guitarras ensayaban los primeros acordes y entre canto y canto: "Los Redó, Los Redó, vamo Los Redó".

"¿Vas a ver al Indio?", le preguntó el amistoso Fabián. "Tuve que decir que sí, por las dudas", le contó el médico a El Tribuno. "Tuvimos que parar en Escobar, a 50 km de Capital, porque se quedaron sin Fernet antes de agarrar Panamericana". Tardaron 30 minutos. El chofer tuvo que frenar también en Rafaela y Tucumán para recargar. "Estábamos virtualmente secuestrados, pero me parece que al chofer no le quedaba otra", relató el cirujano.

"No pararon un segundo y llegamos a Salta cuatro horas tarde. Me atrevo a decir que se fumó de todo y en todo momento, de forma ininterrumpida; lo mismo con el alcohol". Cada tanto lo despertaba un mini tumulto que se batía entre los asientos del colectivo de dos pisos, al grito de "vamo, vamo" o "aguante El Indio".

Llegar a Salta fue como un milagro. "Me aprendí todos los cantitos y creo que cuando por fin pueda pegar un ojo los voy a seguir escuchando", resumió Gómez Álzaga.


por supuesto, salió en el tribuno

viernes, 18 de septiembre de 2009

martes, 15 de septiembre de 2009

Como un día de carnaval para ellos o un Mundial para Sebreli

¿Por qué somos intolerante cuando se manifiestan sentimientos contrarios?... tendría que empezar a desarrollar una hipótesis y anda a saber cuantas cagadas más para finalmente terminar aceptando manso que me pongan un parlante y dale que te dale. "No salgas y punto si tanto te molesta" dice mi vieja por teléfono cuando le manifestó mi autodiagnóstico: fobia social. Por lo que el sábado fue el último día que salí. Fui al VEA y compré un pollo, verduras, fideos secos, manteca, dos sachets de leche, el lunes me di cuenta que me había olvidado la crema de enjuague. Tampoco fue para tanto, si no iba a salir tampoco tenía motivos para bañarme. Mal cálculo, el pollo no iba a alcanzar haciendo la cuenta "una pieza por comida".
Domingo: dos muslos.
Lunes: pechuga y las dos alas en una sopa, en la cena.
Martes: lo que quedó. Espalda y algo de la cola que me llenaron con el cansancio y frustración de las empresas perdidas.

¿Martes? una mierda. La Nori estaba cerrado. Caminé dos cuadras hasta la paragua, no tenía leche ( de los dos sachets, los dividí entre los desayuno y meriendas y un licuado el domingo), no había más que pan chanchito, nada de tortillas, y mientras esperaba a que me atiendan recordé que había olvidado la botella de vidrio de Fanta, y como no soy cliente no me iba prestar el envase ( todas las botellas que tengo en casa son de prestamos olvidados). Así que no comí una mierda. La paragua cerraba a las 13 hs, según el cartel que tenía en la balanza.

Está tarde decidí que iba a terminar de leer dos libros que había dejado antes de irme a Bs.As. Encendí la compu y me puse a ver los Padrinos Mágicos. Y mientras buscaba dentro de las zapatillas mi tuquera me doy con que Arnet se había caído. Llamé al ceroochocientos pero no pude resistir a Vivaldi interpretado en un órgano Casio paraguayo. No porque me guste la música clásica sino porque tenía un buen pedo en el mate. Saqué los libros de la caja de los botines, traje mi silla playera del balcón, el almohadón chiprio que me trajo mi hermano de Turquía y abrí la carpeta donde tengo los vídeos bajados de poringa. Antes de empezar traté de recordar en qué parte había quedado en el primero de los libros. Así que me puse a ver una de doble penetración anal. Hay una parte donde la cámara baja y se ve las zapatillas del que la sostiene. Me acerqué a la ventana, había gente caminando. Iban. Recordé los días de carnaval en el departamento de Cañada y Laprida. Volvió internet. Volví a conectar el msn. Mensajeó Andrea, quería saber si los cines estaban abiertos. No, todo cierra, hay que darles la posibilidad a que todos participen. El sensacional éxito en todo el país iba a tener dos espectadores menos. El gordo con una mano como racimo de pinchilas forzaba a una estudiante japonesa con un tatuaje gastado en una de sus tetas. Cuando desperté fui a cerrar la ventana, la gente volvía. el exilio de las especies.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Rodolfo Fogwill:

"Sin los rasgos de mi personaje no habría escrito nada, o lo hubiera hecho tan mal como un profesor de letras"

sábado, 12 de septiembre de 2009