martes, 30 de septiembre de 2008

GORE BABY GORE II

Una obra maestra, dicen algunos. Personalmente creo que roza la perfección: coreografía cautivadora y letras penetrantes, el resto lo dejo a vuestro criterio.

LECTORAS SALVAJES






jueves, 25 de septiembre de 2008

RESEÑAS CINÉPATAS DEL SEMANARIO CUARTO PODER




Banda aparte


Estás en el cine y en esos primeros ocho minutos y medio del film ya lograste identificar a dos personajes centrales, Arthur y Franz y desde luego ya has visto a Odile, el personaje que interpreta la bella Anna Karina, y te empiezas a meter dentro de la película, o sea que te olvidas que estás en una sala rodeado de personas para ver un film, sino que a esa altura ya te sientes un voyeur que puede espiar la vida de otros, o sea que la magia del cine funciona y ya eres parte del film; pero justo en ese momento una voz en off te da una cachetada que te saca de la ficción y te vuelve a arrojar de lleno a esa butaca. Van ocho minutos y medio y la voz dice: “Para los espectadores que entran ahora en el cine, podemos decirles algunas palabras escogidas al azar: Hace 3 semanas. Un montón de dinero. Unas clases de inglés. Una casa junto al río. Una chica romántica.”


La película que estás viendo es Bande à part, es de Godard y si supieras algo de este francés no te tendrías que haber sorprendido porque a él le gustan estos jueguitos, te va a recordar a cada instante que una película es una película o que una mujer es una mujer y de allí su famosa frase “no es rojo, es sangre”. Pero igual intentas sumergirte de nuevo en la historia de estos dos muchachos que planean un robo y que además se han enamorado de la hermosa e ingenua Odile (como la maga de Cortázar, sólo que Godard es más misógino) que es el nexo para que esos dos logren el robo. Todavía no lo sabes, porque aún estás en la sala, con los ojos clavados en la pantalla, pero hay por lo menos dos escenas que no vas a olvidar en tu vida, pero nunca-nunca, una de ellas es cuando veas a ese trío alocado recorrer el Museo de Louvre a las corridas en solo nueve minutos, sólo nueve minutos para recorrer el museo más grande e importante que existe. La otra escena que se tatuará en tu memoria es la del baile, un baile torpe, es verdad, pero mágico con una Anna Karina que, con ese sombrerito, te va a parecer más linda que nunca y te hará babear que da vergüenza. Ahí la voz en off hará una nueva irrupción para decir que abre otro paréntesis “para describir los sentimientos de nuestro personajes”: Arthur sigue mirándose los pies, pero su mente está en la boca de Odile y sus románticos besos. Odile se pregunta si los chicos notan sus pechos moviéndose bajo su suéter. Franz piensa en todo y en nada. Se pregunta si el mundo se está convirtiéndose en un sueño o el sueño... en el mundo.


Pero antes de ese baile, hay otra escena que te deslumbró, una escena que te hizo dar ganas de salir corriendo de la sala para prender el celular y llamar a algún amigo cinéfilo para decirle no sabés lo acaban de hacer en la peli y le contarías que en un momento del film, los personajes están en un bar en el que hay mucha gente que hace mucho ruido y que por algún motivo deciden guardar un minuto de silencio y que en ese momento toda la película se queda sin sonido y vos ves la gente hablar, bailar, golpearse, pero todo en el más completo silencio.


Estás en el cine, la película no ha terminado pero ya sabes que cuando salgas de la sala no serás el mismo y poco importarán que las críticas te hablen de intertextualidad, polifonía y esos términos que a los críticos tanto les gusta; a vos lo que te importa es esa magia que te hace querer correr a la boletería y sacar entradas para verla una vez más. En la pantalla dice The End, pero a esta altura ya sabés que a Godard no se le puede creer nada.


=================


Glen or Glenda


Un adelantado es, según Borges, aquel, del que se sabe después, que llegó antes. Y Ed Wood, al que todos consideran el peor cineasta de todos los tiempos, fue un adelantado, solo que todavía nadie se da cuenta.


Han pasado 55 años desde su opera prima y aún es ninguneado este hombre que, al igual que Godard (que sí goza de buena prensa entre los intelectuales) ha destrozado el lenguaje cinematográfico, que ha encontrado –es posible que sin querer, es verdad- una voz única (una voz sucia, torpe, por momentos incomprensible; pero única), una voz que transmite tanta pasión que es imposible dejar de admirar su trabajo. Ed Wood es un Godard incomprendido.


Pocas operas primas están a la altura de Glen or Glenda. Tiene el mismo impacto que El ciudadano (no por nada Tim Burton imaginó un encuentro entre Orson Welles y Wood –dos potencias se saludan) y, al igual que Los 400 golpes, la película tiene la gran virtud de ser una obra maestra sin parecerla.


Glen or Glenda es subversiva tanto por su forma como por su contenido. Ed Wood – que escribe, dirige y protagoniza el film- hace un alegato a favor de la legalización del travestismo. Es un film-ensayo, en el que se disparan argumentos para convencer al receptor de que reconozca o al menos llegue a tolerar otro tipo de preferencias. “¿Cómo puede ser que un hombre no pueda ponerse un buen vestido y salir a la calle sin que los policías lo detengan?”, se pregunta Ed Wood en 1953 (en Salta, en 2008, la población se pregunta cómo puede ser que alguien se pregunte por qué no dejan a los travestis y a las prostitutas salir a la calle).


Pero es la técnica lo que hace a Ed Wood memorable, porque ha logrado convertir cada uno de sus defectos, que son muchos, en sus grandes virtudes: no hay plata para extras, entonces planta la cámara en medio de la calle y empieza a filmar, sin avisarle a esas personas que se están convirtiendo en personajes y entonces vemos a estos curiosos mirando directo a la cámara para derribar la cuarta pared; se queda corto de cinta y decide pegar fragmentos de otras películas (que no le pertenecen) y el resultado es que acaba con la linealidad cronológica y presenta un discurso fragmentado, acaso metafórico (se pegan fragmentos de un bombardeo de guerra, de búfalos desbocados, escenas de películas pornosoft) con unas asociaciones libres que le pondrían la piel de gallina al mejor surrealista. Y desde luego está el mítico Bela Lugosi, todavía drácula para todos, en los últimos estertores de la actuación.. Es un narrador-presentador único para una película única. De su boca sale esta frase: “Sólo la infinitud de la profundidad de la mente humana... puede contar realmente una historia”. Esa frase, intuyo, define perfectamente a Wood. No había tiempo para detenerse a pulir, a perfeccionar, no había tiempo que perder, porque había que seguir contando… vomitando historias. Glen or Glenda es una película torpe, plagada de errores, pero por una razón probablemente incomprensible, funciona. Es tan mala que es buena.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Cuspis-birthday




CADA AÑO MÁS VIEJO VOS, QUÉ COSAS, CHE

miércoles, 17 de septiembre de 2008


El Dow Jones se va a la mierda y nosotros amándonos

Diario de un escribidor (78)




Alejandro Kozarts

El cuento terminado, gracias a las compañeras de letras, a Belén Franchese, a las panelistas de Rial, porque un poco de todas ellas tiene la voz de la narradora-psicópata. Llevó tiempo, pero ya está.

Definitivamente tengo que dedicarle al menos dos horas al día a escribir, uno de mis problemas es que el lector le gana al escribidor.

Ya preparé la reseña de cine para el semanario. La verdad es que me tiene desconcertado esa columna, sobre todo porque no sé para quién la escribo. Con la nota sobre el concurso de cortos provincial alguien me dijo que era demasiada técnica, que parecía escrita para demostrarle a los cineastas criticados que yo sé de cine, que sé lo que es un travelling, un contrapicado, etc. y que con esos términos dejaba afuera a mucha gente. Creo que tiene razón. Además estoy escogiendo películas al boleo. Es que a veces simplemente no sé qué hacer. Por ejemplo, un buen cinéfilo más o menos sabe quién es Wong Kar Way o Buñuel, pero para gran parte esos tipos son totalmente desconocidos (en la sala que vi la de WKW había 3 personas). Y además está la cuestión del espacio, sólo 40 líneas en times new roman 12, no se puede profundizar mucho que digamos. No sé, voy a ver si por lo menos armo ejes temáticos por mes, como había sucedido con las películas gore. Otra cosa: el director del semanario no lee mi columna, lo cual creo que es bueno. En la última reunión de redacción, empezó a pedirme disculpas porque no habían salido las notas y yo le dije, pero sí salieron, loco, y le abrí el semanario y se las mostré. Ah, me dijo. Creo que publican las reseñas por dos motivos: uno por el apoyo del jefe de redacción Daniel Murillo, que siempre le dice al jefe que están buenas, pero sobre todo porque falta material (la paga es mala, ergo nadie escribe) y no hay con qué rellenar las páginas.

Cine. “Una guerra de película”. Me divertí.

Novedades en los blogs.
Estrella (http://www.muymuytantan.blogspot.com/) nos detalla lo que fue una charla con Fabián Casas, Alberto Díaz y Alan Pauls. Cuando la leí no pude dejar de comparar ese encuentro con el de los poetas jóvenes, de hace unas semanas. Los temas, las preocupaciones, son más o menos parecidas (es raro, pero incluso en los dos lugares no se pudo dejar de nombrar a Tinelli). Pero creo que la mayor diferencia es que allá las esperanzas son más fuertes o por lo menos hay más posibilidades. Ser poeta (y también cuentista, por qué no) en el interior es estar condenado de antemano. Porque no hay editoriales, porque los premios son patéticos, porque en las universidades ni en los secundarios se lee a autores regionales (son muy pocos profesores los que se mueven por fuera del canon, entre otras cosas porque son pocos los que han leído a autores que están fuera del canon.Sé que en la Unsa están peleando para que Lit. Argentina tenga más espacio del que tiene, ojalá se dé ) porque no hay suplementos culturales, porque no hay forma de mejorar la distribución, o sea que uno saca sus ahorros, imprime con esfuerzo un libro, lo reparte en persona en las tres librerías del centro de su ciudad (en Yenni del shopping no, porque no acepta libros que no llegan de la empresa con cede en Buenos Aires) y ahí con suerte se venderán 100 libros y chau. El problema que surge acá también es económico, porque además no hay forma de que un escritor llegue a soñar con profesionalizarse y vivir de lo que escribe, porque sólo dos medios gráficos en Salta pagan un sueldo en blanco y por arriba de la línea de pobreza.
Creo que Internet es una alternativa. La poesía no está muerta sino más viva que nunca en la web.
El problema debe ser mucho más complejo y seguramente alguien ya escribió sobre esto antes y mejor. Pero la verdad es que los escribidores lo único que pueden hacer es agachar la cabeza y darle a las teclas. La lucha es entre uno y la fucking hoja en blanco. Todo lo demás es secundario.

Y RESUCITÓ MONONA!!!: http://psicologabaratayzapatosdecharol.blogspot.com/

lunes, 15 de septiembre de 2008

La desmemoria



ESTA RESEÑA FUE PUBLICADA HACE UN MES EN EL SEMANARIO CUARTO PODER, PERO EL TEMA DEL CUENTO ES MÁS ACTUAL QUE NUNCA.



Ana Gloria Moya es una gata salvaje.


Todos los años, más o menos para esta época del año en que la fiesta de El Milagro se empieza a palpitar me acuerdo del libro de cuentos de esta escritora salteña nacida en Tucumán en 1954. Ha ganado el premio "Sor Juana Inés de la Cruz 2002” por su novela “Cielo de Tambores” (que en los secundarios se fotocopia como pan caliente); pero yo quiero hablar de ese libro de cuentos, que en sólo 55 páginas entera 5 cuentos en los que se despliegan distintas voces y búsquedas estilísticas. Vuelvo a ese libro, una y otra vez, para releer el cuento La Procesión.


Como su título anuncia, trata de la festividad religiosa más importante que tiene la provincia, vista, en este caso, desde la vida de una humilde vendedora de manzanas confitadas, que espera sacar unos pesos porque su situación económica no da para más. “Se despertó sobresaltada, no vaya a ser que justo hoy me quede dormida. Miró hacia fuera, qué suerte, recién está aclarando. Conteniendo los temblores se vistió a tientas, sin prender la vela para no despertar a los chicos que apiñados y calentados dormían en la cama grande. Ojalá que no me falle la Irma, a las diez dijo que iba a venir para hacerles el mate y cambiarme la bebé, quien sabe a qué hora vuelvo”, es el primer párrafo. El juego entre la tercera y la primera persona (los pensamientos de la protagonista) se sostiene a lo largo del cuento, al igual que el lenguaje coloquial.


Una de las grandes virtudes del relato es mostrar un evento conocido por todos, desde una óptica particular: la de una pobre vendedora que tiene que ganarse un lugarcito a los codazos.
Pero lo mejor que tiene este cuento es el humor corrosivo y hereje de la narradora. “Llegó a media mañana cuando los fieles que habían pasado la noche sobre el césped se desperezaban rígidos por la vigilia y el rocío. El dolor de sus cuerpos ya los hacía sentir menos pecadores”, dice. Y uno de los mejores párrafos sostiene: “Las imágenes dieron vuelta hacia la Avenida, seguidas por señores de traje y corbata, que caminaban protegidos por cuerdas gruesas llevadas por policías, y que ese día se sentían más cerca de Dios. Las sogas, con precisión de yute, marcaban el límite entre los primeros que caminaban holgados, y todo el pueblo que, apeñuscado, cantaba con los olores y la fe mezclados. La gente caminaba mirando hacia abajo, un poco por penitencia y otro poco para no pisar a los que arrodillados, vestigios de la Inquisición, iban cumpliendo promesas, agradeciendo milagros, suplicando trabajo, implorando salud… bienes que los del otro lado de la soga poseían distraídamente.”


Más allá de las influencias notorias del realismo mágico en la prosa, (la verdad es que por momentos también es inevitable: la realidad salteña, señalamos semanas atrás- oscila entre maconcianda, buñuelesca y simpsoniana) leer a esta francotiradora causa un gran placer.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Diario de un escribidor (77)



Alejandro Kozarts

Lecturas sueltas. Cuentos de Abelardo Castillo, Flannery O’Connor y Juan Villoro, además de la novela de Ciencia Ficción Kalpa Imperial, para la universidad. Lectura de la revista Fierro. También de la nueva revista salteña de comic llamada “Caudillos”: me ha defraudado, esperaba más, no de los dibujos, que son excelentes sino de las historias: hay un moralismo espantoso en gran parte de las historias. Espero que remonte.

Se vienen dos semanas sin clases, en las que espero terminar de corregir los cuentos. Es hora de empezar a planificar una novela.

El viernes de la semana pasada, suena el celular. Es el jefe del semanario. Me pide que vaya a cubrir la asamblea de prostitutas, que están peleando para que legalicen la cuestión y dejen de apalearlas. Acepto sin dudarlo. Cuando llego caigo en cuenta que la asamblea no es de putas, sino de vecinos indignados con las putas. Sabía eso no venía, fue lo primero que pensé. Para colmo estaba lleno de funcionarios demagógicos dispuestos a decir cualquier cosa con tal de calmar a los vecinos. Fue patético y gracioso a la vez. Salta está estancada en el tiempo y la nueva ley de educación que propone el gobierno apunta a dejarla bien clavadita donde está.

Cine. La última de Wong Kar Way (la forma en que juega con los colores y el slow motión es tan genial que le puedo perdonar que me cuente la misma historia una y otra vez. Además, creo que desde Truffaut que no encontraba a un cineasta que dejara que la cámara se enamorara así de las mujeres). También "El precio a pagar", una francesa, que me gustó mucho. Durísima. Pirateada por el emule: Raicing Arizona, de los Cohen, mala, muy mala.
Novedades en la web. En http://www.librosdementira.com/ se abre un concurso de cuentos y se pueden leer libros virtuales muy copados.
Este es el sitio de la poeta jujeña Meliza Ortiz: http://galletitassurtidas.blogspot.com/
A estrella ya la conocen: http://www.muymuytantan.blogspot.com/
Este pibe larga una crónica sobre el milagro salteño en: http://lamulanima.blogspot.com/
Y Mario Favole sigue promocionando su t-shirts 8aunque tienen que pasar y ver el video de las torres gemelas) en: http://www.elconjuro.blogspot.com/
El señor Rodrigo España me pasó el dato de un pa´gina muy buena sobre comics pero en este momento no puedo entrar a Hotmail. Queda pa la próxima


Pd: la foto de este post fue subastada hace un par de días por más de un millón de dólares. Ja.

lunes, 8 de septiembre de 2008

¿Religión Obligatoria en las Escuelas?



EL MINISTRO DE EDUCACIÓN ARRUGÓ Y NO SE PRESENTÓ EL JUEVES EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL, UNIVERSIDAD QUE, DICHO SEA DE PASO, ES LA ÚNICA EN TODO EL PAÍS QUE TIENE UNA CAPILLA DENTRO DEL CAMPUS.
LA LUCHA CONTINÚA.

sábado, 6 de septiembre de 2008

estereograma

ella quiere a sus niños,
les sirve leche en los zapatos
les limpia la boca
con las medias

luego los lleva a dormir a su lado

endereza las piernas en la cama
y canta
"mañana no tendremos pan
pero seremos felices
mañana no tendremos hambre
porque el señor estará con nosotros"

el más chico se queja
le duelen las caries
y la niña le tira del pelo

ella los mira y se ríe mientras canta
"duérmanse mis niños
duérmanseme ya..."

ellos cierran los ojos
ella es más grande
seguro aguanta unos minutos más

mañana los van a encontrar
mañana le van a hechar la culpa al brasero

rodrigo españa

viernes, 5 de septiembre de 2008

RESEÑAS

ESTAS SON LAS NOTAS PUBLICADAS EN EL SEMANARIO CUARTO REFERIDAS A LA ANTOLOGÍA DE SYLVESTER. LA RESEÑA ES DE HACE TRES O CUATRO SEMANAS, MIENTRAS LA CRÓNICA DEL ENCUENTRO DESARROLLADO EL VIERNES A LA TARDE SALIO EL SABADO PASADO.

Colgado: Libro recomendado
Poesía Joven

Después de leer la antología “Poesía Joven del Noroeste Argentino”, a cargo de Santiago Sylvester, el desconcierto es absoluto. La cruza de estilos, temáticas e influencias es enorme entre los treinta poetas seleccionados. Esto da cuenta de un panorama rico, complejo, imposible de clasificar.

Hay 30 poetas. El más viejo nació en 1967 y el más reciente en 1988. Entre ésos, se encuentran estos salteños: Darío Villalba, Eduardo Robino, Carlos Juárez Aldazábal Geraldine Palavecino, Eduardo Atilio Romano y Juan Manuel Díaz Pas.

Más allá de que a uno le hubiera gustado añadir a otros vates dentro de la antología (Por Salta yo hubiera incluído a Jesús Ferreira, a Javier Ricardo López y al Pepe Gonzáles, por ejemplo), queda claro que el recorte es inevitable, y quien lee el libro no puede tener dudas del amplio criterio del antólogo, para llevar a cabo una instantánea que trata de reflejar, con la mayor fidelidad posible, el actual panorama poético del NOA.

El santiagueño Juan Anselmo Leguizamón escribe en su poema titulado “Puta vudú” (que acá está recortado vilmente): La puta vudú come a desgarros/ La puta vudú te absorbe los mocos y ahoga el llanto/ La puta vudú quisiera de una sola ida chuparte la vida…/ La puta vudú se desayuna a los nenes/ se almuerza al patriarca/se merienda a las primas/ y se te los cena a los tíos…”

Y Eva Gardenal dice en uno de sus textos: “Vacila un pena en esta habitación/ El aire púrpura envuelve a la verdad/ Las palabras hoy eligen no abandonar el húmedo convento/ La luz no cede/ Las paredes cuestionan mis cobardes decisiones/ La lluvia no cede…”
¿Qué tienen en común? Poco y nada. Y esto, a nadie le quepa la menor duda, es un punto a favor de la antología y de la poesía en el noroeste.

A manera de prólogo, el vate Santiago Sylvester lleva a cabo un breve y al mismo tiempo minucioso análisis de las modificaciones en la forma de escribir poesía en el noroeste, desde la conformación del país hasta la fecha. Primero marca una paradoja: las viejas generaciones no contaban con una tradición literaria local (no existía una literatura argentina, entre otras cosas, porque ni siquiera existía la Argentina como tal), tradición que tuvieron que fundar o inventar con retazos de afuera y de lo poco que había por estos lugares. En el caso del noroeste argentino ese afuera también está conformado por Buenos Aires. La paradoja señalada por Sylvester es que las actuales generaciones, sí tiene esa tradición de la cual servirse, pero que directamente parecen la ningunean o desconocen.

La globalización avanza y eso se ve en los textos. También se vuelve insoslayable la irrupción de lo urbano y el vértigo que en ellas se vive, aunque las ciudades del NOA lejos estén de ser grandes urbes. Se percibe la influencia de Bukowski, de Raymond Carver, (y de todos los Beatniks me animaría a decir) en estos jóvenes poetas, aunque, como bien señala Sylvester, el fantasma de Borges sigue sobrevolando más de una página.

“…Si hoy sirve el “dirty realism”… o cualquier otra variante de la oferta global, no es por esnobismo o afán de extranjería, sino porque esas propuestas tienen entidad como para resolver (reflejar) problemas actuales, del mismo modo que en tiempos pasados (no muy lejanos, auque ya parezca que hablo de otra geología), sirvieron Neruda, Vallejo y la generación española de la República, que tampoco se habían criado en parajes vecinos, pero que fueron considerados parte (en realidad, padres) del rodeo. Se trata, en todos estos casos, de necesidad legítima: la que beneficia finalmente a la poesía que se está escribiendo…”, explica.

Los tiempos, para los países y las provincias son diferentes. También las repercusiones son desiguales. A comienzos de los ’70, en México, los Beatniks inspiraron un movimiento que se conoció como Infrarrealismo (con Roberto Bolaño y Mario Santiago Papasquiaro a la cabeza) y que se planteó como principal objetivo “Volarle la tapa de los sesos a la cultura oficial”. Pero en el norte de nuestro país no se produjo intento alguno de parricidio. Por ahora.
===============================
Colgado: Encuentro
La agonía de la Poesía

Larga vida a los poetas muertos.

Desde afuera se los escucha gritar sobre los lugares comunes, sobre la repetición de términos, sobre la basura que son los suplementos culturales del norte, sobre los lectores y no falta quien despotrique contra la vecina que tiene a Corín Teyado como la fucking reina de la fucking literatura. Y fuman, fuman mucho, parecen desesperados, pero están en su salsa; hablan, opinan, se bardean, se alaban y se vuelven a chicanear y están los quevedianos, los que prefieren a Góngora y en algún lugar, acaso en silencio, los bukowskianos y, por qué no, los infrarrealistas. Dos Kamikazes al menos había.

Estoy hablando del encuentro de Poetas Jóvenes del NOA que se llevó a cabo el jueves a la tarde, en el marco de la presentación de la antología de Santiago Sylvester (ya reseñada dos semanas atrás en este semanario).

Intentaron apegarse al cronograma, que llamaba a indagar sobre el rumbo de la poesía regional, un camino para la producción y la difusión y un pleno intercambio de experiencias. Lentamente el rumbo de la conversación se desvió para buscar estrategias de supervivencia.
Larga vida a los poetas muertos.

La reunión fue en la Biblioteca Provincial, pero me dio la sensación de estar en una catacumba, donde los últimos miembros de una especie en extinción se reúnen para fraternizar con sus pares, para hablar de algo que ya a pocos les interesa y que, sin embargo, para ellos es fundamental. Son como magos perseguidos (¿Y Sylvester es Merlín? ¿o Mickey Mouse, pero sin el bonete azul?), que practican unos trucos que casi nadie quiere ver. Hablaron de la distribución, de la forma de mantener un mejor diálogo entre las provincias y las regiones, de formar un sindicato, de ver si Internet es el nuevo camino (lo de Internet, a decir verdad, se tendría que haber hecho hace mucho) y compartieron sus experiencias y sus penas y cuando todo parecía que iba a desencadenar en una terapia de grupo donde cada uno cuenta sus traumas, surgieron las ideas, y hubo algo de entusiasmo (“Acá tenemos un Mercedes Benz”, llegó a decir un vate, sobre la Antología).

Después, un café, las presentaciones, los intercambios de mail, de blogs, un brindis para celebrar la sentencia contra Bussi y más café.

Y mañana, probablemente, todos estarán solos de nuevo, solos ante la hoja en blanco (o el cuaderno o la computadora) ante la cual se batalla una y otra vez. No hay fama posible (eso, creo, más o menos todo lo intuyen, aunque algunos matarían por ella), los lectores no van a ser muchos más de los que hay ahora, y sus libros, si llegan a ser publicados permanecerán en la vidriera una semana, acaso dos, y luego irán a juntar polvo a un depósito.

A todos los tragará el olvido. Ellos lo saben (quizá siempre lo supieron). Pero siguen escribiendo (y yo y otros los seguiremos leyendo).

Por eso: larga vida a los poetas muertos.

martes, 2 de septiembre de 2008

Diario de un escribidor (76)




Alejandro Kozarts


Nada. Terminando de corregir un cuento. Hace tiempo que no escribía (literatura). Con un desgano cuyo origen desconozco.

Lectura de cuentos sueltos y de material para la universidad.

Films: Glen and Glenda, de Ed Wood (a quien Burton le hace un merecido homenaje). Es tan mala que es buena. Destroza el lenguaje cinematográfico: no es buscado, pero no le quedaba otra tampoco. Lo que se percibe es la pasión por el cine, esa necesidad de filmar a como dé lugar. Otras películas: "El búfalo de la noche", mexicana, basada en una novela de Arriaga, realmente mala. Y una de los cohen. En el cine: la última de Martel. Magistral, creo que es su mejor película.

Me colé en la reunión con los poetas antologados en en libro de Sylvester (poetas jóvenes del NOA). Bizarro, demasiado bizarro todo. (mañana, si puedo, cuelgo la reseña publicada en Cuarto Poder).


Sigo con el curso de redacción publicitaria. Una chantada. Lo mejor: la proyección de unas publicidades de los 50 y la elaboración en grupo de historias a partir de palabras sueltas (nombres de películas, de libros, de temas musicales, etc). Pero me cuesta trabajar en grupo, como siempre me ha sucedido.


Lula "Patán" Da Silva va a estar el jueves disertando sobre Baudrillard en el congreso de Comunicaciones Sociales. Si no me chocan los horarios, me voy a dar una vuelta.