lunes, 5 de noviembre de 2007

Diario de un escribidor

Alejandro Kozarts

Día 1.
Me siento frente a la Olivetti lettera 77. No tengo nada que decir ni sé cómo decirlo; pero igual aporreo las teclas.

Mal humor constante, por los exámenes en la universidad, que me alejan de la literatura. Ferrario tiene razón: el que quiere escribir no debe pisar ese antro. Tengo que estudiar latín, no me queda tiempo para trabajar en un par de cuentos que están rondando la cabeza desde hace tiempo.

Terminé con la novela boliviana “Los fundadores del Alba”. Floja, salvo algunos párrafos y la oralidad en ciertos personajes. De una ingenuidad alarmante. Lo mejor de ese país, que he podido leer, sigue siendo Marcelo Quiroga Santa Cruz.

Incursión al cine. Película: “Invisible”: una verdadera basura.

Encuentro con Daniel Medina en la feria de libros usados por la tarde. Sigue puteando por las notas de chaveta díaz y se lamenta por haber escrito de manera tan lamentable las respuestas a esa imbécil. “Prosa de urgencia”, le dije. Compró 6 policiales negros, El limonero Real y uno de Faulkner a $20 y se le pasó un poco el mal humor.
A la noche, madre habla constantemente sobre alacranes y bailando por un sueño. No puedo ahondar en la monografía sobre autobiografismo. La Rucci, por lejos, las mejores tetas del certamen.
Me llama x y me dice que le parece mal que hayamos bajado de Internet el libro de Bolaño y que encima publiquemos un fragmento en el blog. Le digo que a Bolaño no le puede molestar, primero porque él robaba libros como nadie en Chile y, sobre todo, porque se murió hace unos años. -Y la viuda?, retruca. Las viudas se pueden ir a la mierda - respondo- especialmente la de Carver.

1 comentario:

Estrella dijo...

La verdad, muy bueno este diario, y dos en un día... ojalá haya más.