sábado, 23 de febrero de 2008

Diario de un escribidor (Día 42)


Alejandro Kozarts


La cumbia en el equipo de música, la montaña de colillas en los ceniceros y el teléfono sonando una y otra vez… el caos de toda pequeña redacción, tan detestable como querible… Las notas no llegaban, uno mandó la suya en 6 hojas que arrancó de un cuaderno, hubo superposición de temas, nadie le había avisado al dibujante (que está en buenos aires vendiendo ropa interior femenina) que hoy largábamos de nuevo… Pero, milagrosamente, todo, de una u otra manera, se termina ordenando y el semanario va a estar mañana al mediodía en la calle. Le damos duro a Urtubey.

La corrección de textos fue más bien desastrosa, al último ya hasta veía nublado y sólo atiné a elevarle una torpe plegaria a bill gates para que el corrector ortográfico del Word no dejara pasar ningún error grosero.

Son las 3.15 de la mañana. Hace 12 horas que estoy trabajando y todavía tengo que quedarme hasta las 7 am acá en el hotel. Acaba de entrar el último pasajero que faltaba, así que voy a apagar las luces, juntar dos banquetas, traer un par de colchas, envolverme con ellas, y ver si puedo dormir un poco y soñar con Jessica Alba. Hice un breve recorrido por los blogs, pero mañana hablaré de ellos.

4 comentarios:

AleLo dijo...

Pero hombre, si sigue asi le va a dar un ataque cardiaco antes de los 40!!! Por favor busque una viuda acaudalada que lo mantenga!! otra opción sería que trabaje donde le paguen, o donde le paguen aunque sea medio sueldo en blanco!!
Fuerza mi Ale y no me afloje!

AleLo dijo...

P/D Esperamos con ansias el semanario!! Vamos por el Poder!!

Conjuro dijo...

Bastante pervertido, querer soñar con una mujer embarazada... aunque a mí también me encantaría.
Dulces sueños.

Opadromo dijo...

la verdad qué no sabía que la mina estaba embarazada (en mi fantasías sígue siendo dark angel). La verdad es que me acabás de deprimir, hermano.