domingo, 17 de febrero de 2008

Diario de un escribidor (Día 38)



Alejandro Kozarts

Todo el día en casa, con mis sobrinitas, meta jugar. Me perdí de una importante reunión de redacción al mediodía, pero no quedaba otra.

A la tarde estaba por ir a ver la charla de Pablo de Santis en el Sheraton, pero llamó Arturo y dijo que había partido a las 8 contra los de la revista La Quimera y por supuesto que fui. Empate en 6.

Hasta recién estuve pasando fragmentos de un cuento largo que escribí en la vieja olivetti lettera en las vacaciones. Recuerdo que en su momento le tenía fe al cuento, pero la verdad que hoy me desanimó. Tengo que reescribir todo. El esqueleto está, pero sólo eso.

Ah, desde hace unos días tengo una nueva perrita, se llama Fellini (el nombre estaba pensado para un gato, pero bue.)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

che, pendejo, qué fácil se te pasa el dolor a vos. La verdad: quedáte con tu casa, tus problemitas burgueses y tus putos poemas que me banque estoico en el lavadero.Ah, nunca me gustoron tus asados, son malísimos.

Anónimo dijo...

bien que morfaste, gordo de cuarta. Medina