martes, 10 de junio de 2008

Diario de un escribidor (63)



“tu diario es cada vez más intímo y tu intimidad, entre fiebre y delirios literarios inexistentes, cada vez más aburrida...”

Anónimo.


Alejandro Kozarts


Intentar refutar lo de una intimidad aburrida la verdad me resulta imposible, a este anónimo que debe ser detective de homicidios o que trabaja de especialista en vaya a saber qué películas, en fin, que debe tener una vida a lo Indiana Jones; porque el resto de los mortales como mucho lo mejor que nos puede pasar en un día es encontrarnos con algún amigo/a y tomamos cervezas o cafés o vinos, muchos vinos y fumamos (tabaco, marihuana, etc, aunque yo hace ya casi 4 meses que no fumo) y hablamos, siempre hablamos, (y no siempre de literatura, desde luego) y nos reímos, eso sí, de algo siempre nos estamos riendo.
Por el semanario hay otras anécdotas, que involucran funcionarios, amigos, que no pueden ser contadas (o que contaré en clave más adelante). Como es un diario al que cualquiera puede tener acceso, la chismografía (que puede ser una característica del género autobiográfico) se ve reducida, justamente para no perjudicar a ciertas personas, con lo que yo escribo acá. En el hotel también me han pasado muchas cosas ( lo peor fue un robo hace un año y pico: un tipo me puso un cuchillo en la garganta, me ató, me desaté, peleamos, lo mordí, etc… intenté escribir un cuento con esto, pero la verdad que todavía no me sale. ( ah, y las hermanitas Carón me hicieron después un traje de superhéroe muy divertido pero espero que esas fotos no se conozcan nunca, porque me parezco a Robin).
Hay varias más, que algún día me sentaré a registrar, todas juntas, en este diario. Pero en general la vida es monótona, en la que sí hay enormes emociones, como toparse con un cuento de Bolaño, de Villoro, de Rodrigo Rey Rosa, etc. y además otras lecturas de los blogs, que leo con gran placer (la mayoría ya sabe qué páginas visito todos los días, aunque rara vez se me ocurra dejar algún mensaje). Ah y las películas, por supuesto (dicho sea de paso he visto “Ensayo de un crimen”, de Buñuel: un peliculón y también Café y Cigarrillos y he sentido esas ganas espantosas, que cada tanto de vuelven, de prender un fucking pucho).

La vida en general es así, con muchas horas de trabajo y universidad y pocas para ver a la novia, a los amigos, y en el medio escribir y escribir y escribir, que es por lo que intento quemar las naves.

Si hasta el momento no he publicado en este blog ni en ningún otro lado esos textos es porque tengo sentido de la vergüenza. Los cuentos no están a la altura, eso es todo. He leído varios que han ganado o han sacado segundos premios en el concurso provincial (por ejemplo, el señor cabot) y la verdad que a mí se me caería la cara de vergüenza de publicar ese collage de materia fecal. Uno escribe mal la mayor parte del tiempo, eso es hasta inevitable, pero hay que tener un poco de decencia y no sacarlo al ruedo… Truman Capote traza una diferencia entre escribir y escribir bien, entre escribir bien y hacerlo de manera excelente, entre ser excelente y ser genial. Difícilmente yo llegue algún día a los dos últimos escalones, pero si no alcanzo al menos el de escribir bien, si no logro al menos escribir un cuento que a mí me gustaría leer, pues no tiene sentido que esos textos dejen los cuadernos en donde están bien guardaditos. Debo haber escrito unos 20 cuentos (no todos están terminados) y de ahí unos 15, debo aceptarlo, son pura mierda (aunque no tan malos como los del señor Cabot) y hay otros 5 o 6 que estoy intentando pulir para que estén presentables.
La lucha es bastante aburrida vista desde afuera, por supuesto que sí, usted va a ver a un tipo sentado frente a una computadora o una máquina olivetti y lo más divertido que puede pasar es que el tipo empiece a darle a las teclas (pero la mayor parte del tiempo el tipo va a estar mirando la hoja en blanco… y no hay nada menos cinematográfico que un escritor haciendo lo que debe hacer… sí puede servir para el cine una vida bohemia, pero filmar a un escritor en el momento de la batalla es aburridísimo).


Hay otro punto –ahora que lo pienso mejor- y es que la mayoría de mis amigos escriben y para colmo lo hacen muy pero muy bien. No voy a entrar a dar nombres ahora pero la verdad que en estos tiempos he leído textos impresionantes (algunos manuscritos inéditos, otros textos en los blogs y en este mismo blog).


Aún así, el lector soy yo, quiero decir: el cuento me tiene que satisfacer a mí y después saldrá a dar pelea solo, bien solito, dentro de esta pequeña secta, que es la literatura salteña, tan falta de vergüenza, tan llena de mierda.

9 comentarios:

Estrella dijo...

La cita que abre esta entrega 63 (y que había leído en su momento) da en el clavo, en este sentido: es una prueba contundente de como lastiman las palabras de otro.

Los anónimos vibran escribiendo estas cosas, supongo que para algunos de ellos, ese comentario cruel e inútil será el gran acontecimiento del día.

Hay un Ánónimo (anónimo) que cada tanto me putea, porque cree que sosy boluda porque digo cosas agradables o algo parecido. Digo lo bueno y callo lo malo. Si total mi opinión no es tan importante, para qué arriegarme a lastimar a alguien. Si me gusta, digo; si no, callo y sigo viaje. (No siempre, claro, también sé putear de tanto en tanto).

Volviendo al diario: subrayaria "no hay nada menos cinematográfico que un escritor haciendo lo que tiene que hacer".
Además, en la intimidad de lo cotidiano está la clave de todo.

Ayer empecé a leer los Diarios de Ángel Rama. Tres de la mañana y no podía dejarlo. No dejes de leerlo.

Saludos, escribidor!

Anónimo dijo...

me gustó mucho lo de "collage de materia fecal", justo estoy trabajando con la metáfora y esa me parece muy buena. La verdad me gustaría leer alguno de sus cuentos, pero entiendo lo del pudor y me parece bueno, siempre que no se confunda con la auto-censura que a veces nos ataca.Por eso a veces es bueno tener una opinión de afuera, claro que el problema está en que no cualquiera se anima a decirte, mirá, no me gustó nada, y te largan un piadoso "está bueno che" y uno queda confundido porque sabe que no es así. A un amigo "cuentero" se le debe primero la honestidad.
mucha suerte o, mejor dicho, dele duro con sus cuentos.
saludos

Anónimo dijo...

Sabés q siempre leo tu diario y estaba convencida q eras gay, pero acabo de leer "sin tiempo para la novia". Se me cayeron mis supuestos (q tampoco venían al caso).
Como sea,segui nomás
Maria

Conjuro dijo...

Así que el señor no sólo tiene una vida íntima llena de intimidad y bien bored, también -el muy soretero- entra a blogs y no deja comentarios. Y yo que arreglé el sueldo de acuerdo a la cantidad de comentarios me coso la que no tengo.
Gracias, Kozarts, muchas gracias, siga puliendo sus cuentos sobre mi hambre.
Ya me vengaré cuando vuelva a Salta a conocer las momias de Llullaillaco.

LUIS FERRARIO dijo...

Cuando leí ese comentario pensé que era un chiste, de mal gusto, pero chiste al fin. Como chiste podía tener algún sentido, porque tomado en serio,y como dijo Estrella en su lúcido comentario, resulta cruel e inútil, sobre todo inútil. Veo por tu respuesta que te afectaron esas palabras. Yo diría que no hay que darles bolilla porque después de todo sólo expresan el pensamiento y la intención de una individualidad que nadie, o muy pocos, deben compartir. Sin embargo, después me atrevo a decir que, puesto que fueron el disparador de una respuesta tan brillante como la que diste en el Diario (63), bienvenidas sean las palabras de ese señor o señora o señorita que firmó Anónimo.

Pancho Rodríguez dijo...

Apoyo a Terranova, los comentarios en los blogs tienen que ser una categoría literaria.

Anónimo dijo...

eso de arriba es un comentario que le dejaron Kozarts? upa! por lo menos fue de alguien que siguió fielmente su Diario. Es decir un fan, eso sí, que se enojó se enojó. Habrá sido la fiebre que lo/a enojó tanto? No soportar saberlo enfermo?
en fin, estos anónimos...pusilánimes todos!!!!

AleLo dijo...

YO TE BANCO ALE!!!
Besosososos

Estrella dijo...

Recién releía algunos párrafos de La novela Luminosa, de Mario Levrero. Algunas cosas me hicieron pensar en el Escribidor. Te gustaría, porque refleciona mucho sobre la escritura, sobre todo, sobre la escritura de diarios como un modo de mantenerse activo "de escritura".