martes, 6 de mayo de 2008

Diario de un escribidor (día 57)



Alejandro Kozarts

Mi coherencia por el piso. Viernes 11 am, suena el celular, yo lo manoteo de la mesa de luz y contesto sin abrir los ojos. Todavía sin terminar de despertarme, escucho la voz del jefe del semanario, Kozarts tenés que venir hoy, por favor… el reemplazante había dado marcha atrás, pero a medias… se hacía cargo de las correcciones de textos desde su casa. Ah, un jefe de redacción que no va a la redacción, eso es genial, le digo al jefe. Por eso tenés que venir, el mismo sueldo y no tenés que corregir nada. Se ve que en algún momento dije “acepto” y a la mierda esa paz y tranquilidad que auguraba para mis viernes.

Largué con un cuento. Casi todos los narradores recomiendan tener el final antes de sentarse a escribir. Pero con éste sólo tengo el comienzo. Me está gustando. Pero no sé cómo sigue ni cómo va a terminar. Tengo que delimitarlo. El personaje es un periodista. Voy a tener que podar algunas anécdotas (vividas en el semanario) que inserté en el cuento porque le quitan ritmo. Vamos a ver qué sucede.

Lecturas dispersas, más vinculadas con la universidad. Desilusión con los cuentos de policiales negros, especialmente con Chandler. No he leído ninguna de sus novelas. Acabo de bajar de una biblioteca virtual La Geometría del amor, de John Cheever tras la recomendación de Estrella y otros elogios hechos por Maximiliano Thomas hace un tiempo en su página. Mañana retiro del correo argentino “Los culpables”, de Juan Villoro.

Pancho me pasó una revista Maxim, que tiene a Yéssica Cirio en tapa. Adentro hay un escrito de Martín Caparróz sobre esta muchacha (con muchas, muchas fotos, de ella por supuesto). La nota se llama “velada literaria. (uno de los mejores escritores del país escribe sobre uno de lo mejores culos de la Argentina”. En realidad Caparroz sólo escribe 5 líneas sobre Yéssica y después divaga sobre otros temas (toda la nota no tiene más de 30 líneas) y termina pidiendo que le paguen los mil pesos que le prometieron (fuck, en el semanario pagan 30 pesos la página, o sea 75 líneas). No pude dejar de preguntarme, entre otras cosas, qué hubiera escrito Borges sobre la Coca Sarli. Como no la podía ver... ¿la hubiera tenido que tantear?
La revista también trae un cuento policial, que pertenece a la antología sobre el género que sacaron los nuevos narradores (Terranova, Cucurto, etc). El cuento de la revista no está mal, pero tampoco es la gran cosa. Está basado en el motín de los 12 apóstoles.
El miércoles, llevo la revista a la universidad. La saco para mostrarle el cuento a un compañero que, ve a Yéssica y se asusta. No, no, bolu, pensé que era en joda. No puedo evitar reírme. Pero si no nos van a echar, además esto no es pornografía, acá hay más literatura que en toda la carrera de Letras, le digo.

Domingo, de festejo en la casa de la Mili Carón por su cumpleaños. Se cocinó unos frangollos riquísimos y la pasé realmente muy bien con los sospechosos de siempre.

Cine. El orfanato, bien; pero hasta ahí nomás (uno de los actores es el señor Barriga!!). En la compu: Chabrol, Chabrol y Chabrol. Muy bueno, porque juega con el policial, pero se sale del género en películas como La mujer infiel y El Carnicero. Noto, en estas películas y otras de directores de la Nouvelle Vague ciertas desprolijidas que no restan, sino que, por el contrario, suman en lo estético.

Parece que se empieza a hacer justicia, al menos en parte. El poeta kamikaze Juan Manuel Díaz Pas viajará a Buenos Aires, junto a otros 3 vates, a representar a Salta en la Feria del Libro. Todo pagado por el gobierno de la provincia de Salta. Si no me equivoco a Juan lo incluyen en una antología de nueva poesía salteña. Creo que todos los poetas kamikazes deberían estar ahí, pero entiendo que el gobierno no haya querido correr el riesgo de llevarlos a todos… esos muchachos ni pisarían la feria del libro… los habrían tenido que buscar en algún cabarute del once. Hasta no salir en Crónica TV no hubieran parado.

3 comentarios:

Pancho Rodríguez dijo...

Espero que Kozarts ponga en el cuento la vez que nadie en la redacción quiso salir a hacer una entrevista paga. Cómo zafé ese día...

Estrella dijo...

Imperdible: Diarios, de Cheever, además de La Geometría del amor. Para leer los días en que la ccoherencia no esté por el piso.

Anónimo dijo...

por que no un poquito de cocaina?