Pancho Rodríguez
Al mirar por la puerta que abre hacia el patio observo que definitivamente esta tarde el invierno llega a su fin, las olas polares solo quedaran archivadas en cronologías meteorológicas, alguna foto de fondo gris o en forzadas y repetidas metáforas amatorias. Erdosaín y Estelar a lo largo de sus lomos manotean el aire, cachetean de derecha a izquierda sin dejarlo escapar al calor que sube desde el cemento hacia la terraza, y de allí al cielo. No corren ya hasta chocar con los vidrios al oír mi vuelta a su hogar después del trabajo. Se quedan allí. Tirados y manoteando el vapor. En esos minutos que van desde las diecinueve a las diecinueve y cuarto, tierra de nadie entre la luz del sol y la luz de los faros, miro hacia el oeste rajado de anaranjado sabiendo que el invierno se acabó.
1 comentario:
Un saludo por acá.
Este blog se las trae... los sigo día a día.
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