lunes, 3 de septiembre de 2007

Lo voy a pensar


Daniel Medina


Escena 1. Interior Día. Ascensor
Primerísimo primer plano del rostro de Alejandro. Está transpirado y tiene la respiración agitada. Hay desesperación en sus ojos. Toma aire y aparece en cuadro un revolver que se asienta con lentitud en su sien. Travelling de alejamiento, vemos que es el mismo Alejandro el que sostiene el revolver. Se abre la puerta del ascensor. Del lado de afuera, Milagros (30), la encargada de la limpieza del edificio, lo mira atónita. Tiene un uniforme gris, un trapo de piso en la mano izquierda y un balde al lado de su pie derecho. Por un momento intercambian miradas de perplejidad con Alejandro.

Milagros:
Qué hacés
Alejandro:
Qué crees que hago? Estoy en mi derecho, ya no quiero vivir
Milagros:
Sí, está bien, pero yo acabo de limpiar acá. ¿No podés ir a otro lugar?. Vas a enchastrar entero y no sabés lo que cuesta sacar la mancha de sangre.

Alejandro, consternado, finalmente guarda la pistola en un bolsillo. La mira mejor y la encuentra bella. Milagros se siente incómoda al ser observada de esa manera. Él sale del ascensor, recoge una rosa roja que estaba en el piso y se la da a Milagros.

Milagros:
Gracias.
Alejandro:
A qué hora salís? Digo, podría invitarte un café, después de todo me acabás de salvar...
Milagros:
A las 8. Acepto. ¿Y se puede saber por qué te ibas a matar?

Escena 2. Interior. Día. Departamento.
Es un departamento desarreglado. Pocos libros, algunas revistas Gente y ABC. En un televisor encendido, con bajo volumen, se lo puede ver a Jorge Rial, en su programa Intrusos. Es el departamento de Carla, una joven y bella maestra, de unos 30 años, soltera. Alejandro, con una rosa en su mano, está nervioso, se encuentra en la puerta a punto de declararle su amor.

Alejandro:
Vos, vos me gustás mucho, yo creo que… ¿querés ser mi novia?
Carla:
Estem… mirá, yo no me esperaba esto… yo… lo voy a pensar.
Alejandro: (histérico)
¡¿Lo vas a pensar?! Qué tiene que ver la razón en esto!! Esto es una declaración de amor, no una partida de ajedrez!!! Dije te amo, no peón cuatro rey!!!
Carla:
O sea, creo que mejor te vas, no , no quiero las flores.
Carla cierra la puerta. Alejandro se retira, nervioso. Alejandro camina hasta el ascensor, aprieta un botón y vuelve rápido hasta la puerta del departamento de Carla. Patea la puerta.
Alejandro:
¡Si vos no pensás!!!
Se vuelve a ir hasta el ascensor y saca a un revolver del bolsillo de su saco. Entra al ascensor y se cierran las puertas.

Escena 3. Interior. Día. Confitería.
Hay poca gente en el lugar. Milagros y Alejandro se encuentran sentados frente a frente. Beben un vino tiento. Sobre la mesa, del lado de Milagros, se encuentra la rosa roja.
Milagros:
¿”Lo voy a pensar”? Es espantoso decir eso

Alejandro Asiente.
Milagros:
Che, ¿y a habías intentado suicidarte antes?
Alejandro: (como dudando)
No, no, jamás.
Mira hacia un costado, como recordando algo.

Escena 4. Exterior. Día, Lago.
Alejandro está parado al borde del lago del parque San Martín. Angustiado y nervioso, como en el ascensor.

Alejandro: Como Ofelia y la gran Alfonsina Storni… Adiós mundo cruel!!!

Se tira, pero no se ahoga, pues el lago no tiene más de un metro de profundidad. Los patos se acercan y empiezan a picotearlo.

Escena 5. Interior. Día. Confitería.
La conversación continúa. Milagros enciende su segundo cigarrillo, está constantemente fumando.

Alejandro:
No deberías fumar tanto…
Milagros: (riendo)
Supongo que todos tenemos nuestros suicidios cotidianos. Además leo el Tribuno y veo el noticiero de Canal 11
Alejandro:
Siempre quise salir con una masoquista
Milagros:
Sigo sin entender cómo un escritor querría salir con una mina como esa. ¿Qué le viste??

Escena 6. Interior. Día. Departamento de Carla.
Vemos que Alejandro mira el generoso escote de Carla. Pasamos a un plano detalle, picado, de ese escote, que se mantiene en toda la escena.
Carla:
O sea, Lucrecia Martel no hace cine, hace fotografía. El cine es movimiento, es Superman, es bum, bam. Hay que reconocer que los yanquis son unos genios. Que no?

Escena 7. Interior. Día. Confitería.
Milagros y Alejandro retoman la conversación.
Alejandro:
La verdad que no sé qué le vi.

Escena 8. Exterior. Día. Una calle poco concurrida.
Alejandro y Milagros caminan por una calle de barrio. Ella lleva la rosa en su mano derecha.
Milagros:
El personaje de la maga es terrible. Cortázar era un misógino, la trata de estúpida.
Alejandro:
No, Oliveira la ama, la adora, acordáte del capítulo 22, cómo la protege…
Milagros:
Nada que ver, le tiene lástima, la trata como a un ser inferior…

Llegan hasta la puerta de un edificio. Se callan.
Milagros:
Bueno, hay que seguir trabajando…
Alejandro:
Te veo mañana?
Milagros: (riendo)
Por supuesto, señor, me he divertido mucho.
Se miran con cariño. Se despiden dos veces, hasta que finalmente Alejandro logra darle un beso. Milagros ríe de nuevo y entra. Alejandro se va saltando, feliz. Sale de cuadro. Se escucha una frenada brusca y un choque.

Escena 9. Exterior. Día.
A unos 50 metros del lugar el accidente. De fondo, casi fuera de foco, se ve a Milagros corriendo hacia la camioneta. Desde este lado, el espectro de Alejandro mira anonadado lo sucedido. A su lado está LA MUERTE, una rubia, con una mini negra, una pupera y una capa del mismo color. Tiene una guadaña en su mano izquierda. Alejandro oscila su mirada entre la escena del choque y “La muerte”.

Alejandro:
Justo ahora!!! Empezaba a ser feliz, tenía una razón para vivir… yo te había llamado otras veces y justo ahora… por dios, apenas terminé de escribir un par de cuentos…

Muerte:
Tuvimos problemas de comunicaciones. Se cayó el sistema…
Alejandro:
Se cayó el sistema?!!! Cómo que se cayó el sistema?!!No lo puedo creer, por dios, parecen una municipalidad salteña…

Alejandro toma aire. Se tranquiliza un poco.
Alejandro:
¿Y no hay vuelta atrás? Quiero decir… No pueden revivirme? Ya sé: Juguemos una partida de ajedrez, si yo gano, vuelvo a la vida.

Muerte:
Maldición, otro que vio la película esa de Bergman. Por qué todos tienen esa imagen de La muerte como profunda e intelectual...? Me tienen podrida…Yo juego a la rayuela… Vamos, que se hace tarde

Empiezan a caminar. Alejandro la mira mejor, nota su belleza, y cambia el tono.

Alejandro:
Si bien se ve, yo siempre estuve enamorado de la muerte. Podríamos salir alguna vez…
Muerte: Estemmm…Lo voy a pensar.

FIN
Pasan los créditos del corto

Escena extra. Interior. Día.
Alejandro está saltando sobre una rayuela, que dice, al final, en vez de “cielo”, “Vida”. Va por el casillero siete. La Muerte observa atentamente desde un costado.

Muerte:
Pisa línea, pisa línea!!!

La muerte salta celebrando y Alejandro se agarra la cabeza.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

pero esto es el colmo de los colmos, che!. Pero escuchame una cosita, decí que me acabo de pintar las uñas y no puedo escribir mucho, pero ese alejandro es un pelotudo. Milagros, que se nota que es inteligente por ciertos razonamientos que nada tienen que ver con la trama del cuento, seguramente tiene las uñas pintadas como yo, y ni le acepta la flor, ni va con él a un barcito ni una sola vez siquiera, y cuando le está por dar el beso lo muerde en la yugular. Además, bien merecida esa muerte ridícula que nada tiene que ver con la muerte de Bergamn, que entre fanstasmal y amigable juega al ajedrez con el caballero. Alejandro sólo quiere escribir cuentos mediocres mientras el caballero no quiere hacer nada sólo le teme a la muerte que es lo más humano que hay y no se puede comparar la escritura y, y sobretodo el afán de escribir de un boludo como alejandro, con ese terror a morir y la astucia para postergarlo además de esa relación terrible, armónica y terminal que se crea entre uno y la muerte.

Estrella dijo...

Hya un libro, "En picado", de Nick Hornby, ed. Anagrama: trata de un grupo de suicidas que se juntan por casualidad en la terraza de un gran edificio. Los diálogos son bizarros, tiernos y crueles al mismo tiempo.
Muy bueno.

Opadromo dijo...

Estrella, me quedo con 20 canciones de horby. Ahora espero que Kusack haga la versión de esa novela que también le salio con Hi Fi.
PANCHO

Anónimo dijo...

Al que escribió el texto:

¿No estará enamorado de su Milagros?

Andá al psicólogo!
O curtítela, hermano!