domingo, 28 de octubre de 2012

CARTA DE JUAN MANUEL


hola susana, qué lindo que se generen estas conversaciones, a mí se me ocurre que una forma de pensar lo que sucede en Salta es leer el opadromo, sin la existencia de ese blog resulta dificil saber qué tiene relevancia para muchos de los escritores involucrados en las nuevas producciones. el otro día hablaba con gonzalo sosa  y me quedó la impresión, y acaso más que la impresión la certeza, de que no conocía el blog de medina. quiero recalcar que es necesario leer lo que dicen los protagonistas además de leer a los teóricos, quienes en muchas ocasiones sirven como la única explicación para fenómenos más bien localizados, situados en una complejidad que se puede explicar si pensamos que Salta es una provincia feudal, que Salta pareciera terminar en los límites de la capital, que las formas de gestionar la "cultura" ha sido durante muchos años patrimonio de una clase social, que muchas prácticas artísticas han tenido en consecuencia visibilidad y han producido notoriedad en contextos de exclusión y asunción del patrimonio cultural como propiedad privada. No sé, por ahí ayuda pensar lo que dicen otros pero debemos preocuparnos por lo que decimos nosotros también y a mí me parece que esto último no sucede, o en todo caso se llega a resultados previsibles, "de manual". vuelvo a tomar el ejemplo de gonzalo sosa. para él, según lo que me contó, el punto de partida es Eloísa cartonera. lo que consigue es producir una adaptación de lo que se dijo acerca de ese fenómeno para salta. no veo allí una inquisición acerca del presente. recordemos que eloísa surge en un momento clave de la historia reciente de nuestro país y que es razonable pensar un fenómeno como la "cartonería" en relación a eso. descreo de las interpretaciones que dan por sentado que se trataba de una cuestión de necesidad: no había plata para materiales "buenos" y entonces las tapas son de cartón. prefiero pensar y llegar a la conclusión de que había un planteo político cuya fundamento básico era la cooperatividad, la reformulación del rol del escritor por variantes más horizontales (nadie ES ESCRITOR sino que forma parte de una sociedad en la que algunos escriben y no precisamente porque busquen prestigio y distinción social), la constante socialización de los modos de producción (por ejemplo, no ocultar como un secreto las maneras diversas de publicar y ecuadernar un libro), la puesta en marcha de mecanismos de distribución notoriamente diferentes del mercado editorial convencional (como ferias, por ejemplo la FLIA o puestos en las calles o la venta en colectivos) en donde muchas veces esos libros no tienen cabida, la implementación de estrategias de legitimación que construyen discursos para académicos o abiertamente anti académicos y que muchas veces llegan a circular dentro de comunidades restringidas de boca en boca (como los propios escritores). entiendo que la eclosión de las "editoriales cartoneras" no puede pensarse como un fenómeno aislado de la historia reciente y también que debemos prestar atención a las particularidades de cada caso. así pues, en Salta nunca ha sucedido algo parecido a Eloísa ni a Milena cacerola. yo, si tuviera que entrarle, le entraría por el lado de la autogestión, creo que eso sí es un rasgo compartido explícitamente por muchos de estos movimientos (digo movimientos porque movilizan mucha más gente que decir editorial de escritores, sino que convocan artesanos, artistas plásticos, gente sin ninguna titulación de los sectores populares y anarquistas - el anarquismo también es un rasgo a considerar). la idea, según mi parecer, es que el libro ha pasado a convertirse no en un "libro objeto" sino todo lo contrario, en la manera que encuentran algunos actores sociales de restablecer el vínculo social diluido durante los '90 y que llevó al 21/12/ 01 y plaza de mayo. digo un vínculo social que se manifiesta en prácticas solidarias pero también, y creo que esto es crucial, mediante la propagación de la escritura como participación en las conversaciones sociales, basta pensar en los resultados de los numerosos talleres de escritura de córdoba. la literatura más actual de ese lugar no puede entenderse sin recurrir a un puñado de escritores que autogestionaron espacios y generaron escenarios para la producción de escritura y de libros. las editoriales independientes (independiente podría ser otra forma de encarar la cuestión, aunque a  mí me resulta un término algo vago) no surgen solamente como proyectos de inclusión social sino como espacios reales de edificación de un mercado de lectores. igual, a no confundir, independiente no quiere decir cartonero y ahí vemos que 'cartonero' se queda corto o bien se acota a pocos fenómenos editoriales. cito a modo de ejemplo la editorial nudista, que no tiene nada de cartonero y sí mucho de autogestivo. aclaro que en dicha editorial se han publicado a los mejores escritores de córdoba, eloísa oliva, federico falco, luciano lamberti y pablo natale. otra aclaración más: martín maigua, su editor, es salteño y también ha publicado al tartagalense fabio martínez. si continuamos con la reflexión, diría que en Salta pocas editoriales son cartoneras, a menos que utilicemos cartonera en un sentido amplio (aunque eso sí, muy discutible). lo cartoneril en salta, entonces, merece acaso un debate y cuando menos una definición. estoy seguro que muchos de los escritores que comparten muchas experiencias editoriales conmigo no se consideran a sí mismos cartoneros pero sí autogestivos o independientes. en todo caso me gustaría que lo pensáramos porque sino queda como que todos son parecidos a eloísa cartonera y no es así, nadie simula ser lo que no es, por un lado, y las posibilidades de publicar van más allá de una tapa en cartón, por otro lado. eloísa había gestionado un espacio de difusión de escritores consagrados (que no se nos olvide que, salvo cucurto, todos los nombres de eloísa eran famosos) y no había generado una escritura de cartoneros; pero por otro lado, tuvo la inmensa generosidad de acercar a los sectores populares al libro, no solo a su lectura sino a los modos de producción editorial, tan es así que me ha tocado ver en diferentes ferias a pibas y pibes de la boca haciendose cargo de los stands de eloísa, lo cual reconforta pues no todo se ha perdido. bueno, para ir cerrrando, me parece que decir que en salta hay editoriales cartoneras es un juicio que habrá que sostener pero que es muy discutible y luego pensarlo en relación con eloísa cartonera es una apreciación que limita notoriamente las posibilidades de arribar a resultados más prometedores. vuelvo a traer a colación a la editorial nudista, que ni por casualidad es cartonera, y a la funesiana que, si uno ve los libros, tiene de todo menos cartón, es más, parecen libros de lujo. entonces si hablamos de editorial cartonera en salta tendremos que referirnos a kamikaze ( que más que editorial era un proyecto algo difuso) y a algunas producciones de YA ERA (porque en los últimos tiempos nadie recoge cartón sino que compra las cartulinas para las tapaas en papel market). digamos entonces que el fenómenos es mucho más complejo que una tapa de cartón y que si no lo comprendemos corremos el riesgo de producir sentidos bastante discutibles alrededor de eso. es mi aporte desde acá, por supuesto que sigo comprometido a pensarlo porque me involucra y me interesa participar de los debates que se generan sobre estos temas, más aún me entusiasma que hayan voces diferentes hablando al mismo tiempo y que no digan lo mismo porque significa que estamos viviendo y compartiendo la vida en una época intensa donde nada se da por sentado y todo puede ser sometido, una vez más, a discusión. por la misma razón, me gustaría conocer las repercusiones de esto que acabo de decir. 
saludos,    

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