viernes, 5 de septiembre de 2008

RESEÑAS

ESTAS SON LAS NOTAS PUBLICADAS EN EL SEMANARIO CUARTO REFERIDAS A LA ANTOLOGÍA DE SYLVESTER. LA RESEÑA ES DE HACE TRES O CUATRO SEMANAS, MIENTRAS LA CRÓNICA DEL ENCUENTRO DESARROLLADO EL VIERNES A LA TARDE SALIO EL SABADO PASADO.

Colgado: Libro recomendado
Poesía Joven

Después de leer la antología “Poesía Joven del Noroeste Argentino”, a cargo de Santiago Sylvester, el desconcierto es absoluto. La cruza de estilos, temáticas e influencias es enorme entre los treinta poetas seleccionados. Esto da cuenta de un panorama rico, complejo, imposible de clasificar.

Hay 30 poetas. El más viejo nació en 1967 y el más reciente en 1988. Entre ésos, se encuentran estos salteños: Darío Villalba, Eduardo Robino, Carlos Juárez Aldazábal Geraldine Palavecino, Eduardo Atilio Romano y Juan Manuel Díaz Pas.

Más allá de que a uno le hubiera gustado añadir a otros vates dentro de la antología (Por Salta yo hubiera incluído a Jesús Ferreira, a Javier Ricardo López y al Pepe Gonzáles, por ejemplo), queda claro que el recorte es inevitable, y quien lee el libro no puede tener dudas del amplio criterio del antólogo, para llevar a cabo una instantánea que trata de reflejar, con la mayor fidelidad posible, el actual panorama poético del NOA.

El santiagueño Juan Anselmo Leguizamón escribe en su poema titulado “Puta vudú” (que acá está recortado vilmente): La puta vudú come a desgarros/ La puta vudú te absorbe los mocos y ahoga el llanto/ La puta vudú quisiera de una sola ida chuparte la vida…/ La puta vudú se desayuna a los nenes/ se almuerza al patriarca/se merienda a las primas/ y se te los cena a los tíos…”

Y Eva Gardenal dice en uno de sus textos: “Vacila un pena en esta habitación/ El aire púrpura envuelve a la verdad/ Las palabras hoy eligen no abandonar el húmedo convento/ La luz no cede/ Las paredes cuestionan mis cobardes decisiones/ La lluvia no cede…”
¿Qué tienen en común? Poco y nada. Y esto, a nadie le quepa la menor duda, es un punto a favor de la antología y de la poesía en el noroeste.

A manera de prólogo, el vate Santiago Sylvester lleva a cabo un breve y al mismo tiempo minucioso análisis de las modificaciones en la forma de escribir poesía en el noroeste, desde la conformación del país hasta la fecha. Primero marca una paradoja: las viejas generaciones no contaban con una tradición literaria local (no existía una literatura argentina, entre otras cosas, porque ni siquiera existía la Argentina como tal), tradición que tuvieron que fundar o inventar con retazos de afuera y de lo poco que había por estos lugares. En el caso del noroeste argentino ese afuera también está conformado por Buenos Aires. La paradoja señalada por Sylvester es que las actuales generaciones, sí tiene esa tradición de la cual servirse, pero que directamente parecen la ningunean o desconocen.

La globalización avanza y eso se ve en los textos. También se vuelve insoslayable la irrupción de lo urbano y el vértigo que en ellas se vive, aunque las ciudades del NOA lejos estén de ser grandes urbes. Se percibe la influencia de Bukowski, de Raymond Carver, (y de todos los Beatniks me animaría a decir) en estos jóvenes poetas, aunque, como bien señala Sylvester, el fantasma de Borges sigue sobrevolando más de una página.

“…Si hoy sirve el “dirty realism”… o cualquier otra variante de la oferta global, no es por esnobismo o afán de extranjería, sino porque esas propuestas tienen entidad como para resolver (reflejar) problemas actuales, del mismo modo que en tiempos pasados (no muy lejanos, auque ya parezca que hablo de otra geología), sirvieron Neruda, Vallejo y la generación española de la República, que tampoco se habían criado en parajes vecinos, pero que fueron considerados parte (en realidad, padres) del rodeo. Se trata, en todos estos casos, de necesidad legítima: la que beneficia finalmente a la poesía que se está escribiendo…”, explica.

Los tiempos, para los países y las provincias son diferentes. También las repercusiones son desiguales. A comienzos de los ’70, en México, los Beatniks inspiraron un movimiento que se conoció como Infrarrealismo (con Roberto Bolaño y Mario Santiago Papasquiaro a la cabeza) y que se planteó como principal objetivo “Volarle la tapa de los sesos a la cultura oficial”. Pero en el norte de nuestro país no se produjo intento alguno de parricidio. Por ahora.
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Colgado: Encuentro
La agonía de la Poesía

Larga vida a los poetas muertos.

Desde afuera se los escucha gritar sobre los lugares comunes, sobre la repetición de términos, sobre la basura que son los suplementos culturales del norte, sobre los lectores y no falta quien despotrique contra la vecina que tiene a Corín Teyado como la fucking reina de la fucking literatura. Y fuman, fuman mucho, parecen desesperados, pero están en su salsa; hablan, opinan, se bardean, se alaban y se vuelven a chicanear y están los quevedianos, los que prefieren a Góngora y en algún lugar, acaso en silencio, los bukowskianos y, por qué no, los infrarrealistas. Dos Kamikazes al menos había.

Estoy hablando del encuentro de Poetas Jóvenes del NOA que se llevó a cabo el jueves a la tarde, en el marco de la presentación de la antología de Santiago Sylvester (ya reseñada dos semanas atrás en este semanario).

Intentaron apegarse al cronograma, que llamaba a indagar sobre el rumbo de la poesía regional, un camino para la producción y la difusión y un pleno intercambio de experiencias. Lentamente el rumbo de la conversación se desvió para buscar estrategias de supervivencia.
Larga vida a los poetas muertos.

La reunión fue en la Biblioteca Provincial, pero me dio la sensación de estar en una catacumba, donde los últimos miembros de una especie en extinción se reúnen para fraternizar con sus pares, para hablar de algo que ya a pocos les interesa y que, sin embargo, para ellos es fundamental. Son como magos perseguidos (¿Y Sylvester es Merlín? ¿o Mickey Mouse, pero sin el bonete azul?), que practican unos trucos que casi nadie quiere ver. Hablaron de la distribución, de la forma de mantener un mejor diálogo entre las provincias y las regiones, de formar un sindicato, de ver si Internet es el nuevo camino (lo de Internet, a decir verdad, se tendría que haber hecho hace mucho) y compartieron sus experiencias y sus penas y cuando todo parecía que iba a desencadenar en una terapia de grupo donde cada uno cuenta sus traumas, surgieron las ideas, y hubo algo de entusiasmo (“Acá tenemos un Mercedes Benz”, llegó a decir un vate, sobre la Antología).

Después, un café, las presentaciones, los intercambios de mail, de blogs, un brindis para celebrar la sentencia contra Bussi y más café.

Y mañana, probablemente, todos estarán solos de nuevo, solos ante la hoja en blanco (o el cuaderno o la computadora) ante la cual se batalla una y otra vez. No hay fama posible (eso, creo, más o menos todo lo intuyen, aunque algunos matarían por ella), los lectores no van a ser muchos más de los que hay ahora, y sus libros, si llegan a ser publicados permanecerán en la vidriera una semana, acaso dos, y luego irán a juntar polvo a un depósito.

A todos los tragará el olvido. Ellos lo saben (quizá siempre lo supieron). Pero siguen escribiendo (y yo y otros los seguiremos leyendo).

Por eso: larga vida a los poetas muertos.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

La Antología de Sylvester, regida por no sé cuáles criterios de selección de autores, ya va siendo presentada unas diez veces y es tan promocionada que pareciera que es lo único válido que se hizo en Salta en los últimos años... No la ví todavía, eso es lo único que sé de ella, más lo que acabo de leer en estas reseñas. Coincido con la grave omisión de autores como los que se mencionan aquí.
En la última Feria del libro, se restringió la ayuda económica para todo escritor salteño (entre ellos, a mí, que me había ilusionado con viajar porque iba mi libro)... porque los únicos que podían viajar eran los poetas antologados por Sylvester, porque lo mejor que presentaba Salta era la Antología de Sylvester, porque Sylvester y sus antologados eran lo mejor y los únicos dignos de viajar a la Feria. ¿Será casualidad de Sylvester sea íntimo amigo del actual Director de la Secretaría de Cultura?

tantomundo dijo...

cómo hago para saber quién sos, amiga lú?

un abrazo.-

Anónimo dijo...

Lú está en las mismas condiciones de búsqueda de fama que los poetas antologados. Basta de boludear, nadie lee estas cosas. A nadie le importa un carajo la literatura salteña porque es una reverenda cagada, tenemos que aceptarlo. no buscar la gloria cuando no se tiene talento.

Anónimo dijo...

Eduardo M ("m" de qué? de "menos" qué? o de "más" qué?)Yo no dije en ningún momento que quería "fama" y gloria, como usted dice. Simplemente quería ir a la Feria del libro porque no fui jamás,no conozco y es algo que me interesa y tiene que ver con mi profesión (o cree que me dedico a "querer ser" escritora?. No señor, me dedico a otra cosa). Creí que si iba mi libro (que no le importa a nadie por supuesto, no quiero que le importe a nadie; quiero que me dejen escribir en paz y nada más...)yo iba a poder ir, solicité la ayuda ( porque no tenía un mango de verdad, sólo quería para el pasaje) pero no me la dieron; la respuesta que me dieron fue que los únicos que iban eran los antologados de Sylvester porque el Director de cultura había determinado eso. Y punto. Me dio bronca y no tanto por mí, sino por otra mucha gente muy talentosa que, tengo conocimiento, quería viajar y no pudo... Porque en Salta hay gente talentosa, Señor... ¿M?, le cuento porque usted no lo sabe, hay, por mencionar algunos, un Carlos Hugo Aparicio, una Kuky Herrán, una Gloria Lisé... y otros tantos escritores, viejos, jóvenes,ricos y pobres... talentosos, muy talentosos, gente que realmente vale la pena leer. Hay gente joven talentosísima que no menciono por no mencionarlos con el debido permiso de ellos... pero hay muchos. Y la literatura de Salta no es toda una cagada como usted dice; usted dice eso porque en realidad no lee nada y a lo poco que lee lo lee como leyó mi mensaje.. (es decir, entiende todo para la mierda).
Así que mejor cáyese si no sabe, señor M (de "más" qué? Más... estúpido? Más ignorante?). Mejor no trate de leer nada porque seguro no entiende, pero entérese de que en Salta hay literatura de la buena, y no porque alguien trascienda un poco es un facho oligarca de mierda buscador de fama.
Mártín, no puedo revelar mi nombre completo porque en estos lugares también hay gente como éste Eduardo M, que agrede sin saber dónde está parado. Muchas gracias Martín.

Pancho Rodríguez dijo...

Bueno, a mí me importa una mierda ir o no ir, ser o no ser antologado. Yo trato cada Sábado de jugar bien en la canchita de Central, por ahí me llaman para los muerciélagos o para el seleccionado gay: viajo a bs.as y de paso me hago unos manguitos, cosa que con esa chorrada de escribir poemitas no se podría ni si la mismísima Señora de la Poesía Teresa Leonardi de Herrán fuera la secretaria de cultura. Ahí sí que palmamos todos los que jugamos bien al fulbo.
Bueno, a mí me importa una mierda que sepan o no mi nombre al final llamarse Rodríguez no es lo mismo que ser Cornejo es esta fuckin ciudad, te da cierto resguardo, contención al fracaso, ¿entendés?. Así que puedeo firmar para cuanto pelotudo se presente por acá y si quieren bardo, bueno ya lo dije alguna vez: me pueden citar en cualquier baño público y les hago el hoyo como topo arrecho.
Y la literatura salteña es una cagada: los llamas para un partido y al final terminas completando con cualquier hijo de vecino que pase por ahí.

Anónimo dijo...

Muy bien lo tuyo, tenés toda la razón en lo del apellido. Es verdad, es una ventaja, qué bueno sería tener un apellido tan común.. Pero bueno, nadie tiene la culpa de su apellido, Rodríguez.
Sí tengo otros puntos vulnerable, en cambio, y uno de esos es que soy mujer y eso no me resguarda demasiado del fracaso, en Salta y en estas cosas no es tan fácil... Así que prefiero no publicar mi nombre ni mi apellido.
Por lo otro, sigo afirmando que están confundiendo la literatura salteña con un círculo cerrado de lo que se conoce como literatura salteña.
Insisto en que no es una cagada y no hace falta hacerse el "escritor suburbial" para decirse "con mucho talento".Más allá de los cánones, se hacen cosas muy buenas, y si alguien saca un premio o es antologado y justamente no es Cornejo ni Torino ni tiene ningún amigo en la Casa de la Cultura,entonces al menos merece un poco de respeto, que no se lo agreda, y que se lo deje en paz.
No soy salteña, caí acá de casualidad. No me interesa hacer historia en esta provincia porque no quiero quedarme tampoco. No escribo "poemitas", me dedico a otro género. No quiero ser escritora. "Soy" escritora porque no puedo dejar de escribir aunque a mis textos no los lea nadie.No me interesa lo que piensen los demás de mis escrituras, quiero que me dejen escribir tranquila. No quiero "fama", ni siquiera sé de qué hablan cuando la mencionan, ¿fama para quién, para qué? ¿fama es que "te lean" dónde? ¿Cómo? ¿Alguien es "famoso" en este rincón de un rincón de un rincón perdido de la latinoamérica sudaca?
Quiero que se entienda al menos que hay algunos que escribimos porque amamos escribir, y no nos estamos preguntando por el canon y todas esas cosas...Pero bueno, a eso lo entendemos quienes sentimos esa pulsión extraña que nos lleva a amar la literatura; no se puede explicar.
Y ahora mejor me voy a terminar de lavar los platos o, mejor, a plancharme el pelo con la nueva crema Pantene anti- frizz y dejo de hablar de cosas tan intrascendentes. Para qué si nadie me va a entender.

Pancho Rodríguez dijo...

Sólo una cosa por decir: No me gusta Basile.

Anónimo dijo...

Saludos, amigos y enemigos de la Antología de Sylvester!

(Che, mi abuelo era de Juventud Antoniana. Nada que decir del futbol salteño, como ya expliqué un par de veces esta noche en otro lugar no muy lejano).

(¿Pero en serio está mal fumar mucho y tomar mucho café...?) :-(

(En Jujuy ni siquiera se sabe que existe la Antología. Jajaja).

Qué vamos a hacer... Vivimos así! Y está bueno...! O no? (No deja de ser divertido pelearse por estas cosas, igual). :-p