COPETE: El día que murió el ex presidente Néstor Kirchner, el titular de la Asociación Gauchos de Güemes hizo circular un mail con un poema en el que festejaba el hecho. En el texto además traza un símil entre un piquetero y un animal que debe ser enjaulado. La oligarquía salteña y vieja tradición de celebrar la muerte.
Daniel Medina (*)
No tienen ningún talento. No hay nada que sepan hacer bien. Salvo odiar. En eso, incluso los integrantes de la oligarquía salteña son coherentes: odiaron ayer, odian hoy, lo seguirán haciendo mañana. A veces, ese odio está escondido, soterrado entre tantas sonrisas, camionetas, casas y apellidos. Pero está siempre ahí, agazapado, listo para mostrar sus garras. Y el miércoles 27 de octubre, ese odio expuso su peor rostro.
Cuando el país aún sufría el sacudón de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, el titular de la Asociación Tradicionalista Gauchos de Güemes, Carlos Diez San Millán, hizo circular por mail un poema, de su autoría, festejando el suceso.
En una parte del texto, titulado “El pasajero del infierno”, San Millán escribe: “No lo sé, y no es por suerte/ que en el día de este censo,/ el descuento te llegara/ y te borre para siempre de mi suelo/” Unos versos más adelante dice: “¡Basta ya! Y esto se acaba,/ el tiempo malo no es eterno/ lo que ha de ser será,/ y el diablo se ha vuelto p’al averno/ Escuchen el llanto tan sentido/ de algún piquetero revoltoso,/ cuando doña Justicia me lo mande,/ a la cueva de barrotes, como a un oso!” Y San Millán decide rematar su texto así: “El cruel emisario de la hoz/ que acompaña al cruel martillo,/ ha partido al pago del invierno/ y seguro llegado al infierno”.
Además de ser el encargado de la agrupación tradicionalista y de ostentar su título de Ingeniero en Producción Agropecuaria, Carlos Diez San Millán siempre tuvo –aunque el texto anterior parece desmentirlo- pretensiones literarias. Fue Asesor Agropecuario del Banco Provincial de Salta y allí aprovechó para hacerse conocer en el mundo de las letras: algunos de sus poemas y cuentos cortos fueron publicados en el boletín de la institución bancaria donde trabajaba (la información detallada pertenece al portal cultural de la Cámara de Diputados de la provincia).
Si bien tiene varios libros publicados, algo nada difícil en Salta para alguien con plata y tres apellidos, el nombre de Carlos Diez San Millán recién se hizo públicamente conocido este año, cuando Cuarto Poder y otros medios de comunicación señalaron las irregularidades dentro de la institución, la sospecha por parte de otros socios de tratar de realizar un negociado inmobiliario con uno de los predios de la asociación, los millonarios subsidios que le otorgó el gobernador Juan Manuel Urtubey –socio, junto a Leopoldo Van Cawlaert- entre ellos uno para el funcionamiento de una escuela que no funciona.
Desde hace un tiempo la Asociación está escindida. Hay un grupo que resiste, que no puede aceptar que una institución así esté en manos de niños bien que solamente ningunean a los verdaderos gauchos, a esos tipos humildes que apenas si tienen unos trapos y un caballo y que tanto han dado por esta tierra.
Nazionalistas
Por estos días, el gobierno que más favoreció al resurgir de la vieja oligarquía salteña, desde su entumecida Secretaría de Cultura decidió resucitar los viejos “Juegos Florales.” El tema del concurso está delimitado así: “Canto a septiembre en Salta en el año del Bicentenario de la Patria, vinculado por ejemplo al paisaje, a los poetas, a los héroes regionales, a las celebraciones y festejos o a cualquier otro aspecto relacionado con el perfil cultural de la Provincia” (sic). Los Juegos florales siempre fueron una invitación a reforzar el estatus quo: gana el que mejor elabore una oda a la salteñidad.
Los premios que ofrecen son superiores a cualquier otro concurso convocado por la provincia en los últimos quince años. Además de la publicación, ofrecen 3 mil pesos, una notebook, y una estadía en el Hotel Termas. Itero: jamás hubo tantos premios.
Una persona que supo destacarse mucho en estos juegos florales fue Emma Solá de Solá, quien recibió, por un poema de de seis estrofas A la Virgen del Milagro el Primer Premio de los Juegos Florales de Salta de 1935. Su hermana, Sara Solá de Castellanos, también escribió un capítulo fundamental dentro de la literatura salteña, capítulo que la hace, de alguna manera, predecesora de Carlos Diez San Millán.
En el ensayo “El Milagro en la Literatura de Salta”, el licenciado Rafael Gutiérrez da a conocer que Sara Solá de Castellanos, en el mismo concurso en el que participó su hermana recibió la medalla de oro, por su "Poema del Señor del Milagro". Años más tarde, ese poema integró el libro “FLORILEGIO DEL MILAGRO Y SANTORAL”. “El libro tiene una primera parte de diez poesías "Florilegio del Milagro" y la segunda, "Santoral" de veinticuatro poemas dedicados a varios santos y vírgenes pero con mayor cantidad de poesías dedicadas a santas "Mujeres cristianas", "Mujeres de judea", "La Mujer de Roma", "La mujer de Bizancio", "La mujer del presente". Al final hay un "Historial del poema del Señor del Milagro" e "Historia del Poema de la Catedral", describe Gutiérrez.
Lo que sigue parece sacado de la novela “La literatura Nazi en América Latina”, de Roberto Bolaño, pero no es más que un pedazo de nuestra historia. En 1955, Sara Solá de Castellanos publica una plaqueta, que titula, con predecible solemnidad salteña, “Voz Argentina” y allí, en el poema Clamor, si bien habla de la procesión del Milagro, ocupa unos cuantos versos en festejar el golpe de estado y derrocamiento del peronismo. Este análisis hace Rafael Gutiérrez: “…en el último verso de la penúltima estrofa "Líbranos de esta negra tiranía!" y en los dos versos finales dice "Amaneció radiante la mañana! Brilló la libertad al otro día! ...", haciendo una clara alusión a la llamada Revolución Libertadora que puso fin al segundo gobierno de Perón que en esos momentos se encontraba enfrentado con la Iglesia… En definitiva todo el poemario está dedicado a exaltar la rebelión liderada por el Gral. Eduardo Lonardi, con clara y directas alabanzas a la Armada que fue decisiva en el golpe. Además la tapa de la publicación está ilustrada con un cruz, precedida por un ancla y una bayoneta y con una estrella arriba del conjunto.”
Sin sorpresa se puede leer que el segundo poema del libro Sara Solá de Castellanos se lo dedica a su hijo Guillermo, Capitán de Corbeta.
Viva la muerte
Cambiaron las caras, pero las caretas siguen siendo las mismas. La muerte más celebrada por la oligarquía salteña no fue la de Néstor Kirchner, ni de la Juan Domingo Perón. Fue la de Martín Miguel de Güemes.
El 25 de mayo de 1821 el General Martín Miguel de Güemes fue destituido por decreto del poder provincial. “Con todo el lleno de majestad y energía propio de un pueblo cansado de sufrir los males que su capricho le ha causado en los seis años de la más penosa esclavitud en que ha gemido bajo el execrable yugo con que se le ha tiranizado, se reunió ayer 24 de mayo en esta sala capitular (…) quedando en consecuencia Usted legítimamente depuesto de la magistratura que no mereció y borrado del catálogo de ciudadanos, por los crímenes que ha manchado hasta el nombre americano”, expresaba el decreto con el que fue echado el gaucho. Firmaban el decreto: Saravia, López, Frías, Usandivaras, Echazú, Solá, Uriburu.
Lo destituyeron. Festejaron cuando supieron de su muerte. Después el tiempo y la historia transformaron a ese gaucho que los patricios execraban en un héroe y entonces ellos no hicieron más que apropiárselo: borraron la historia e inventaron una tradición que los favorecía.
Cuando el estado trabaja para ellos, parecen superficiales y anodinos. Pero cuando alguien intenta repartir los beneficios y se acuerda de los eternos olvidados, entonces los integrantes de nuestra oligarquía revelan su verdadero rostro, un rostro transido de odio y sordidez, que muestra que son capaces de hacer lo que sea para que nadie amenace sus privilegios.
(*) Publicado por el semanario Cuarto Poder, el sábado 6 de noviembre de 2010 La imagen que ilustra este post es de la poetisa mencionada en la nota.
5 comentarios:
Excelente retorno el de Medina.
Ya se hacían extrañar sus artículos.
viva el paro (docente)
tmb pense lo de k afkiano (ja) pero me gusto che, cada uno con su tema
Ay Medina querido, usted siempre hablando de cosas que parecen inventadas. No puedo ocultar que cada vez que lo leo se me cruza esa idea: ¿no será que realmente usted se ha inventado todo esto para incomodar a esta pobre gente acomodada? Por ejemplo, la referencia a la obra de Bolaño, a estas alturas recurrente en su escritura, ¿no será una pista para desengañarnos de la tomadura de pelo? Disculpe mi paranoia. Por otro lado, creía que los Juegos Florales eran un concurso de centros de mesa para el Clú 20, gracias por ponerme al tanto y salvarme del ridículo, casi me anoto. Una duda: Diez, San, Millán ¿suman tres apellidos?, es que no conozco a ningún San a secas, salvo la tienda San Juan, pero esa es de ¿judíos?, bah, mejor no nos concentremos en ese campo temático. Ahora que Emma Solá de Solá se lleva los premios en el rubro repetición insistente de lo mismo, ¿no se puede llamar Ema Solá? ¿Tanto le cuesta a esta gente dejar de ostentar? No quiero parecer muy disperso ni muy insensato, pero ¿está usted seguro que el poema del tres apellidos no fue pura casualidad? Para mí que está hablando de los padecimientos del pueblo, que a diario debe ir a trabajar montado en el transporte público a realizar tareas que no lo dignifican para nada. Por lo menos el título “pasajero del infierno” trae recuerdos del 8 a, del 7 d y hasta del 6 a en hora pico, en orilla baja y polvorosa. Luego, cuando habla del censo podemos hacer un juego de palabras: censo + descuento = descenso, es decir que hay que pedir que rebajen la tarifa del boleto pero también hay que bajar de los bondis y pincharles las gomas, más todavía, sacárselas, quemarlas y cortar las calles. Esto último nos conduce a la parte donde menciona al llanto sentido del “piquetero revoltoso”, que para mí significa un llanto de alegría porque van a meter presos a los empresarios garcas y, por extensión metonímica, a los garcas en general, que siempre se hacen los “osos”. Por último el tres apellidos sostiene la bella idea de que el que hará la revolución será cruel (“el cruel emisario”) y tendrá un martillo de la misma índole, acaso porque los tiempos son crudísimos, acaso porque uno de los fundamentos de la crítica es la crueldad, pero no se equivoca cuando afirma que ha llegado al infierno, porque lo estábamos esperando con las manos bien dispuestas. Y bueno, es cierto que durante el censo, que en cierta forma es un “catálogo de ciudadanos”, algunos han dejado de existir numéricamente, pero ¿el tres apellidos, a la hora de sumar, sumará? Salú y feliz cumpleaños y a ver si en vez de leer tanto Bolaño empieza a mirar TN (Títeres Natos).
Ay Medina querido, usted siempre hablando de cosas que parecen inventadas. No puedo ocultar que cada vez que lo leo se me cruza esa idea: ¿no será que realmente usted se ha inventado todo esto para incomodar a esta pobre gente acomodada? Por ejemplo, la referencia a la obra de Bolaño, a estas alturas recurrente en su escritura, ¿no será una pista para desengañarnos de la tomadura de pelo? Disculpe mi paranoia. Por otro lado, creía que los Juegos Florales eran un concurso de centros de mesa para el Clú 20, gracias por ponerme al tanto y salvarme del ridículo, casi me anoto. Una duda: Diez, San, Millán ¿suman tres apellidos?, es que no conozco a ningún San a secas, salvo la tienda San Juan, pero esa es de ¿judíos?, bah, mejor no nos concentremos en ese campo temático. Ahora que Emma Solá de Solá se lleva los premios en el rubro repetición insistente de lo mismo, ¿no se puede llamar Ema Solá? ¿Tanto le cuesta a esta gente dejar de ostentar? No quiero parecer muy disperso ni muy insensato, pero ¿está usted seguro que el poema del tres apellidos no fue pura casualidad? Para mí que está hablando de los padecimientos del pueblo, que a diario debe ir a trabajar montado en el transporte público a realizar tareas que no lo dignifican para nada. Por lo menos el título “pasajero del infierno” trae recuerdos del 8 a, del 7 d y hasta del 6 a en hora pico, en orilla baja y polvorosa. Luego, cuando habla del censo podemos hacer un juego de palabras: censo + descuento = descenso, es decir que hay que pedir que rebajen la tarifa del boleto pero también hay que bajar de los bondis y pincharles las gomas, más todavía, sacárselas, quemarlas y cortar las calles. Esto último nos conduce a la parte donde menciona al llanto sentido del “piquetero revoltoso”, que para mí significa un llanto de alegría porque van a meter presos a los empresarios garcas y, por extensión metonímica, a los garcas en general, que siempre se hacen los “osos”. Por último el tres apellidos sostiene la bella idea de que el que hará la revolución será cruel (“el cruel emisario”) y tendrá un martillo de la misma índole, acaso porque los tiempos son crudísimos, acaso porque uno de los fundamentos de la crítica es la crueldad, pero no se equivoca cuando afirma que ha llegado al infierno, porque lo estábamos esperando con las manos bien dispuestas. Y bueno, es cierto que durante el censo, que en cierta forma es un “catálogo de ciudadanos”, algunos han dejado de existir numéricamente, pero ¿el tres apellidos, a la hora de sumar, sumará? Salú y feliz cumpleaños y a ver si en vez de leer tanto Bolaño empieza a mirar TN (Títeres Natos).
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