Contestación a Morandini.
Buenos días su señoría mantanteroliru lay.
Por eso mismo, porque no es tarea de unos versos bien escritos que los cambios se sucedan, hay que llevar el cuerpo hacia donde se va. No me voy a hacer cargo de las palabras de Juan Manuel, pues su escrito puede interpretarse también a la manera de un diario de viajes.
yo laburo, me autogestiono, y a nadie le pido para el colectivo, ni para hacer versos. Tampoco sé si tengo una editorial, desconozco el formato que debe tener una; publico en libros hechos a mano. Pero voy a decir que sí reclamo mi presencia en estos espacios; escribo para habitar el mundo, más bien para ganarme un nombre, pero no a la manera aristocrática. No me parece algo insano renegar del lugar en donde uno vive, ya que a la historia también la hacen los baldíos, como dice Tuñon, y hay hombres en ellos que se tienen que hacer cargo de los que les toca. Escribir la propia historia sin recursos editoriales requiere de más esfuerzo. Desconozco si a los escritores jóvenes, y a los ex kamikaze los mortifican los espacios culturales de Salta; lo que sí, ahora que nos ponemos sinceros, ellos descreen de esos armados de publicaciones a través de los concursos provinciales.
Preocupa que en la historia de la literatura de Salta haya, aunque usted se admire, un canon, pues la geografía, la miseria cultural y material, la cual acusa usted, no cambian el estado de cosas en las formas de difusión. Estas tienen la función de legitimar usos, y de las cuales usted también forma parte. Sin ser exhaustivo, le doy un ejemplo, en el año en que usted gana ese concurso provincial con el libro “Bestias Domésticas” para autores inéditos, también lo gana Carlos Muller, con “años luz”, para autores éditos. Puedo decir que en ambas tapas de esos libros, que de entrada parecen haber salido de una expendedora tanto por el diseño rojo como por los sellos de la provincia, dice que (ambos) carecen y abominan de todo barroquismo, y que se los ve atravesados de la crisis epocal. No sé por qué el desmedro hacia el barroco, o hacia los artilugios barrocos. Góngora o Perlongher se hubiesen sentido insultados de presentarse a ese concurso, pues las épocas que les tocó vivir eran la crisis del siglo 17 para el español, y la dictadura militar en la Argentina en el caso de perlongher. Debo confesar, sin embargo, que he festejado los versos más barrocos de su libro, aquellos de violento ingenio y de intrincada belleza sintáctica:
Luego de la espiralaza espera
y tras la marcha atrás de algunos contribuyentes
Andaluzados nomás la compra de tres papelitos brillantes de glacé
Y esquina
Tobiamos dirimimos decidimos que sean dos
los emisarios del ansia.
O aquellos otros versos del mismo poema (bestias domésticas).
Aceptamos con unción el encargo requerido
Separando piedras guijarros de la buena suerte
en montañas acarameladas
lagartijeadas sobre el vidrio
Enfriándose calculando la vena la respiración
el metro por salto cuadrado.
Pero volviendo a lo central del asunto, es como si en ese año se ganaba el gordo quien abominaba del barroquismo (, y el que hacía alusiones a los países latinoamericanos como Bolivia o Perú, lo que daba cierta idea de un flaneur combativo, suerte de moda de los años anteriores. O qué decir de hablar un poco de la dictadura. (No como Perlongher en el ´80, sino ya en el 2000, considerando sensibilidades del jurado)
Cambiando de tema, supongo, que la virtualización de la que habla ataca todos los sectores, y no sólo los malabaristas ven cómo le hacen al asunto. La virtualización está, sin ir más lejos, en las antologías nuevas. El caso Silvester también es digno de reflexión; hace unos años me llegó la información de que había que mandar poemas al correo electrónico al poeta, para salir en la estampita. No mandé porque me parecía extraño ese modo de antologar. El señor Silvester desconocía en ese entonces que existían otro tipo de publicaciones en la provincia pero si se hubiese acercado a observar un poco los armados de cartón se hubiese topado con otra literatura, pero usted ha observado que la percepción aristocrática le teme a los virus y a las bacterias.
En el último Congreso sobre Memoria y Exilio de este año, el mismo Silvester se extrañaba de que los poetas jóvenes no se conozcan entre sí, y suponía él que hay un hueco entre la continuidad de un modo de escribir después de la dictadura, y un distanciamiento terrible entre los que hacen poesía actualmente. No es necesario ser Sigmun Freud , o Barthes para ver ese corte, pero lo increíble es que conjetura ese tipo de cosas desde un correo electrónico, y se admira de ese desapego por la corporalidad de los contemporáneos, cuando la última antología del noroeste fue virtual.
Crea que el reconocimiento en mi caso no pasa por un narcisismo de autosatisfacción, para ello existen modos más placenteros; en cambio estoy convencido de que existe cierta teoría de que un artista no quiere nada de la vida. Considero esta opinión un contrasentido del romanticismo; por otro lado, habría otra de “no importa tanto la vida, como los versos”. Creo que esta segunda conclusión se basa en viejos prejuicios residuales del estructuralismo académico, que mientras no sean examinados con detenimiento harán del pensamiento sobre la literatura un cuerpo sin órganos. Por eso los filósofos nos llevan una ventaja en esto, al menos Nietzche pone de relieve que la escritura está profundamente ligada a lo orgánico. Y Lyotard supone que tampoco se puede pensar una escritura sin cuerpo, porque a diferencia de la máquina, el cuerpo sufre, se duele. De ahí se desprenderían interesantes puntos de vista para ver de qué manera piensa, lee y escribe un cuerpo de los barrios marginales. No quiero hacer un biologicismo textual, ni un cantar de las clases, pero en eso estoy muy de acuerdo con Juan Manuel, cuando pone en evidencia desde dónde hace poesía, y dudo de que se complazca en ser pobre, mas bien dice soy pobre, e igual escribo, o igual me publico.
De igual manera considero que la atribución de sentidos no es sólo los versos a la intemperie en todos los casos. No es lo mismo que Vallejo diga.
Que es verdad que sufrí en aquel hospital que queda al lado
y está bien y está mal haber mirado
de abajo para arriba mi organismo.
Si lo hubiese dicho Borges seguramente me hubiese imaginado una clínica privada, asistido de enfermeras y de sus súbditas. La vida de un escritor dona su contribución al sentido. No hay por qué condolerse. No nos han dado la tierra, pero es nuestra.
Hasta mañana si dios quiere que descansen bien (el topo yiyo)
Alejandro Luna
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12 comentarios:
y este luna qué se cree? ya te vua calzar chango. conozco tu casa
lo peor es que todos tienen razon, polemica al pedo en un blog que no lee nadie
me cago en nadie! tenés razón
nadie tiene razon
otro tiene razón
morandini: andá a laburá becadooooo. luna: conseguite una becaaa.jajaja
aplausos!
coincido con luna y eso que a veces la "tan llamada poesia marginal" comete gravisimos errores (de sentido, de sintaxis) en pos de la "Rebelion y la innnovacion!" pero tenes razon!
yo tambien me entere de algunas cositas de ese premio provincial........... de poesia edicion 2.009...............pero mejor callarse porque no tengo las pruebas............asi que mmmm......
en fin saludos alejandro!
errores de sentido, por favor!!!!!! cómo alguien puede proferir tamaña barrabasada, y cuál es el sentido correcto? a ver, quiero que me lo contés, por ahí he vivido equivocado
sin dudas juan, viviste equivocado.
Eh, dejen de peliá.
que gracioso este blog!!!!!me diverti mucho y hasta me dieron ganas de ser poeta.
¿de verdad esos dijo morandini?????
che, ta linda la pelea, me gustartía leer cosas del luna y del morandini,pa ve de que se trata, y del manuel.
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