sábado, 19 de septiembre de 2009

Nos vamos de paseo con Fabián

Los fanáticos que llegaron a Salta

Pesadilla "ricotera": secuestro virtual de un colectivo

Se fumó marihuana durante todo el viaje y obligaron al chofer a detenerse en cuatro oportunidades "para comprar fernet".


El cirujano Santos Gómez Álzaga volvía a Salta después de unos largos meses. Hasta hace poco se desvelaba en la guardia del Hospital San Bernardo, pero ayer se desveló toda la noche en una pesadilla "ricotera" de 22 horas.

Volvía como quien vuelve a Salta, con el corazón ansioso y el espíritu alto. "En el colectivo voy a tener tiempo para leer algo", pensó. Estaba conforme con la elección del coche cama, fantaseaba con la horizontalidad del respaldo. Imaginaba que lo peor que le podía pasar era que le pasen una película argentina. Pero no.

"Hola loco soy Fabián", dijo un sujeto al que el asiento le quedaba chico. Le estrechó una mano demasiado húmeda. Tenía una remera de Los Redonditos de Ricota y un pañuelo medio deshilachado le colgaba del cuello. Cuando se dio cuenta ya era demasiado tarde. Todos los pasajeros del servicio cinco estrellas, a excepción de él y una encantadora pareja de ancianos, eran sin excepción ricoteros de pura sepa; fanáticos en éxtasis ante la inminencia del ritual, presos de un sentimiento, que según cuentan es "inexplicable".

Cuando se prendió el motor fue como un trueno el himno que lo copó todo: "Una bandera que diga Che Guevara, un par de rockanroles y un porro pa' fumar...Matar un rati (policía) para vengar a Walter (por Bulacio asesinado en un recital) y toda la argentina va a poder festejar ". Las primeras veces aplaudió un poco "como para acompañar", hasta que se dio cuenta que "venía para largo". Según el doctor algunos de los fanáticos "eran de esos que si venís con tu novia te cruzas de vereda".

Ni bien se puso en movimiento la unidad aparecieron vasos ferneceros y tetras cortados. Un dulce e inconfundible aroma a marihuana empezó a emerger desde todos los rincones. Las guitarras ensayaban los primeros acordes y entre canto y canto: "Los Redó, Los Redó, vamo Los Redó".

"¿Vas a ver al Indio?", le preguntó el amistoso Fabián. "Tuve que decir que sí, por las dudas", le contó el médico a El Tribuno. "Tuvimos que parar en Escobar, a 50 km de Capital, porque se quedaron sin Fernet antes de agarrar Panamericana". Tardaron 30 minutos. El chofer tuvo que frenar también en Rafaela y Tucumán para recargar. "Estábamos virtualmente secuestrados, pero me parece que al chofer no le quedaba otra", relató el cirujano.

"No pararon un segundo y llegamos a Salta cuatro horas tarde. Me atrevo a decir que se fumó de todo y en todo momento, de forma ininterrumpida; lo mismo con el alcohol". Cada tanto lo despertaba un mini tumulto que se batía entre los asientos del colectivo de dos pisos, al grito de "vamo, vamo" o "aguante El Indio".

Llegar a Salta fue como un milagro. "Me aprendí todos los cantitos y creo que cuando por fin pueda pegar un ojo los voy a seguir escuchando", resumió Gómez Álzaga.


por supuesto, salió en el tribuno

2 comentarios:

Conjuro dijo...

Buenísima la historia, la linkee en mi blog y, como soy un moderno perdedor de tiempo, también en Facebook.
Saludos

Opadromo dijo...

Sí lo vimos. Se agradece la gentileza y recomendamos calurosamente la página policial del matutino.