un, dos, tre

mira por el pasillo para saber que nadie viene, que nadie mira que él está mirando que nadie venga. cierra la puerta, levantándola un poco ( la humedad la hinchó y ahora raspa el piso dejando una marca, una frenada que vio en la avenida, un perro delante, sin vida) . ahora una vuelta de llave, siempre una vuelta ya que hay una copia que cuelga de un papagallo de bronce en la cocina, y gira la canción, él delante de claudiol, daniel, patricia, miguel, verónica... que reconocen en cada palabra un registro personal de su vida, que estan en el punto exacto donde convergen el éxtasis y el asombro. es él , graciela en un costado lo mira y lamenta su equívoco, que erguido la recorre para pasar al siguiente cuerpo. mira a su guitarrista, es la dupla creativa que se conocerán en un recital, se frecuentaran discos, tirara un pequeño riff y desde un rincón responderá un leve tarareo, el batero asentirá con una sonrisa el swing. el inicio de una canción mágica. reveladora. incendiaria. generacional. la que mantiene el sueño dentro de una esfera de metal.