hola susana, qué lindo que se generen estas conversaciones, a mí se
me ocurre que una forma de pensar lo que sucede en Salta es leer el opadromo,
sin la existencia de ese blog resulta dificil saber qué tiene relevancia para
muchos de los escritores involucrados en las nuevas producciones. el otro día
hablaba con gonzalo sosa y me quedó la impresión, y acaso más que la impresión
la certeza, de que no conocía el blog de medina. quiero recalcar que es
necesario leer lo que dicen los protagonistas además de leer a los teóricos,
quienes en muchas ocasiones sirven como la única explicación para fenómenos más
bien localizados, situados en una complejidad que se puede explicar si pensamos
que Salta es una provincia feudal, que Salta pareciera terminar en los límites
de la capital, que las formas de gestionar la "cultura" ha sido durante muchos
años patrimonio de una clase social, que muchas prácticas artísticas han tenido
en consecuencia visibilidad y han producido notoriedad en contextos de exclusión
y asunción del patrimonio cultural como propiedad privada. No sé, por ahí ayuda
pensar lo que dicen otros pero debemos preocuparnos por lo que decimos nosotros
también y a mí me parece que esto último no sucede, o en todo caso se llega a
resultados previsibles, "de manual". vuelvo a tomar el ejemplo de gonzalo sosa.
para él, según lo que me contó, el punto de partida es Eloísa cartonera. lo que
consigue es producir una adaptación de lo que se dijo acerca de ese fenómeno
para salta. no veo allí una inquisición acerca del presente. recordemos que
eloísa surge en un momento clave de la historia reciente de nuestro país y que
es razonable pensar un fenómeno como la "cartonería" en relación a eso. descreo
de las interpretaciones que dan por sentado que se trataba de una cuestión de
necesidad: no había plata para materiales "buenos" y entonces las tapas son de
cartón. prefiero pensar y llegar a la conclusión de que había un planteo
político cuya fundamento básico era la cooperatividad, la reformulación del rol
del escritor por variantes más horizontales (nadie ES ESCRITOR sino que forma
parte de una sociedad en la que algunos escriben y no precisamente porque
busquen prestigio y distinción social), la constante socialización de los modos
de producción (por ejemplo, no ocultar como un secreto las maneras diversas de
publicar y ecuadernar un libro), la puesta en marcha de mecanismos de
distribución notoriamente diferentes del mercado editorial convencional (como
ferias, por ejemplo la FLIA o puestos en las calles o la venta en colectivos) en
donde muchas veces esos libros no tienen cabida, la implementación de
estrategias de legitimación que construyen discursos para académicos o
abiertamente anti académicos y que muchas veces llegan a circular dentro de
comunidades restringidas de boca en boca (como los propios escritores). entiendo
que la eclosión de las "editoriales cartoneras" no puede pensarse como un
fenómeno aislado de la historia reciente y también que debemos prestar atención
a las particularidades de cada caso. así pues, en Salta nunca ha sucedido algo
parecido a Eloísa ni a Milena cacerola. yo, si tuviera que entrarle, le entraría
por el lado de la autogestión, creo que eso sí es un rasgo compartido
explícitamente por muchos de estos movimientos (digo movimientos porque
movilizan mucha más gente que decir editorial de escritores, sino que convocan
artesanos, artistas plásticos, gente sin ninguna titulación de los sectores
populares y anarquistas - el anarquismo también es un rasgo a considerar). la
idea, según mi parecer, es que el libro ha pasado a convertirse no en un "libro
objeto" sino todo lo contrario, en la manera que encuentran algunos actores
sociales de restablecer el vínculo social diluido durante los '90 y que llevó al
21/12/ 01 y plaza de mayo. digo un vínculo social que se manifiesta en prácticas
solidarias pero también, y creo que esto es crucial, mediante la propagación de
la escritura como participación en las conversaciones sociales, basta pensar en
los resultados de los numerosos talleres de escritura de córdoba. la literatura
más actual de ese lugar no puede entenderse sin recurrir a un puñado de
escritores que autogestionaron espacios y generaron escenarios para la
producción de escritura y de libros. las editoriales independientes
(independiente podría ser otra forma de encarar la cuestión, aunque a mí me
resulta un término algo vago) no surgen solamente como proyectos de inclusión
social sino como espacios reales de edificación de un mercado de lectores.
igual, a no confundir, independiente no quiere decir cartonero y ahí vemos que
'cartonero' se queda corto o bien se acota a pocos fenómenos editoriales. cito a
modo de ejemplo la editorial nudista, que no tiene nada de cartonero y sí mucho
de autogestivo. aclaro que en dicha editorial se han publicado a los mejores
escritores de córdoba, eloísa oliva, federico falco, luciano lamberti y pablo
natale. otra aclaración más: martín maigua, su editor, es salteño y también ha
publicado al tartagalense fabio martínez. si continuamos con la reflexión, diría
que en Salta pocas editoriales son cartoneras, a menos que utilicemos cartonera
en un sentido amplio (aunque eso sí, muy discutible). lo cartoneril en salta,
entonces, merece acaso un debate y cuando menos una definición. estoy seguro que
muchos de los escritores que comparten muchas experiencias editoriales conmigo
no se consideran a sí mismos cartoneros pero sí autogestivos o independientes.
en todo caso me gustaría que lo pensáramos porque sino queda como que todos son
parecidos a eloísa cartonera y no es así, nadie simula ser lo que no es, por un
lado, y las posibilidades de publicar van más allá de una tapa en cartón, por
otro lado. eloísa había gestionado un espacio de difusión de escritores
consagrados (que no se nos olvide que, salvo cucurto, todos los nombres de
eloísa eran famosos) y no había generado una escritura de cartoneros; pero por
otro lado, tuvo la inmensa generosidad de acercar a los sectores populares al
libro, no solo a su lectura sino a los modos de producción editorial, tan es así
que me ha tocado ver en diferentes ferias a pibas y pibes de la boca haciendose
cargo de los stands de eloísa, lo cual reconforta pues no todo se ha
perdido. bueno, para ir cerrrando, me parece que decir que en salta hay
editoriales cartoneras es un juicio que habrá que sostener pero que es muy
discutible y luego pensarlo en relación con eloísa cartonera es una apreciación
que limita notoriamente las posibilidades de arribar a resultados más
prometedores. vuelvo a traer a colación a la editorial nudista, que ni por
casualidad es cartonera, y a la funesiana que, si uno ve los libros, tiene de
todo menos cartón, es más, parecen libros de lujo. entonces si hablamos de
editorial cartonera en salta tendremos que referirnos a kamikaze ( que más que editorial era un proyecto algo difuso) y a algunas
producciones de YA ERA (porque en los últimos tiempos nadie recoge cartón sino
que compra las cartulinas para las tapaas en papel market). digamos entonces que
el fenómenos es mucho más complejo que una tapa de cartón y que si no lo
comprendemos corremos el riesgo de producir sentidos bastante discutibles
alrededor de eso. es mi aporte desde acá, por supuesto que sigo comprometido a
pensarlo porque me involucra y me interesa participar de los debates que se
generan sobre estos temas, más aún me entusiasma que hayan voces diferentes
hablando al mismo tiempo y que no digan lo mismo porque significa que estamos
viviendo y compartiendo la vida en una época intensa donde nada se da por
sentado y todo puede ser sometido, una vez más, a discusión. por la misma razón,
me gustaría conocer las repercusiones de esto que acabo de
decir.
saludos,
No hay comentarios:
Publicar un comentario