martes, 29 de abril de 2008

Diario de un escribidor (día 56)



Alejandro Kozarts

Las lecturas de Gombrowicz y Raymond Carver han pegado bien. Golpes duros, nunca predecibles. No puedo decir lo mismo del salteño Cabot. Sus cuentos, que fueron galardonados en el concurso provincial (el libro fue editado por la provincia) no están mal, pero tampoco están bien. Me pregunto si esta sensación se produce en mí porque lo he leído a la par de esos dos monstruos (el polaco y Carver) o si hay algo en mí que de manera inconciente me lleva a despreciar a algunos coterráneos.
Es raro, porque hay otros escritores salteños, que leo y releo con gran placer. No sé.
Con Rodrigo España hablábamos sobre esto hace unas semanas y un punto en el que coincidíamos es en que hay un problema con la recreación de la oralidad en la mayoría de las narraciones salteñas. Salvo Aparicio, en los demás suena terriblemente impostado.

Lo que está en crisis es, probablemente, el concepto mismo de salteñidad que encierran algunos escritores. El espectro se ha ampliado mucho.

Cine. Estoy viendo casi una película por noche, gracias al E-mule. Masculin-Feminim e Historias del cine, de Godard, Noche en la Opera y una noche en Casablanca de los Hermanos Marx, una de Darío Argento con un detective ciego. Y me preparo para ver Rashomon más tarde.

Voy a tener que encargar de Buenos Aires el libro Los Culpables, de Juan Villoro, porque en Salta no lo tiene nadie.

Novedades en la web. Hay personas a las que casi nunca menciono en esta parte, pero es porque considero que juegan en primera, que ya los conocen todos y no hace falta que desde este humilde blog se los recomiende. Pero hoy por las dudas lo hago: Lean a Cicco, renueva artículo todos los jueves o viernes en http://www.hipercritico.com/. Y la otra es Estrella, que nos ha acompañado desde la primera hora y tiene uno de los blogs con más comentarios que he visto (creo que sólo le gana el de Alex de la Iglesia) en: http://www.muymuytantan.blogspot.com/

Ya saben que Luís Ferrario está escribiendo su novela en capítulos imperdibles en: http://relatodeunprofe.blogspot.com/ (va por el 16).

El que se sumó a la bloggosfera es Daniel Murillo, periodista de Cuarto Poder y delirante de aquellos. Estudiamos juntos periodismo y recuerdo que casi nos metemos en un concurso de cuentos haciendo pasar nuestros cuentos como si fueran de un mismo autor. Murillo tenía un solo cuento que consideraba decente, yo también uno que para ese entonces para mí era una obra maestra y una chica iba a aportar uno de su autoría. La cosa era juntar tres cuentos, porque ese era el requisito del concurso: tres cuentos por persona. Poníamos todo a nombre de uno y después repartíamos el premio (unos pocos pesos). Pero después nos juntamos, intercambiamos esos cuentos y la chica dijo: no hay forma de que esto lo haya escrito una sola persona (y era verdad, no tenía nada ke ver lo uno con lo otro). Y no nos presentamos. Ese cuento lo quemé, al mes ya me parecía una basura.
Conozcan las locuras de Murillo en:

http://nochedesol.blogspot.com/

Alelo filosófa sobre la amistad entre el hombre y la mujer en: http://caminoasermujer.blogspot.com/

El último post de mario favole lo tiene a riquelme, pero vean más abajo lo que hizo con los simpson. pasen por

http://www.elconjuro.blogspot.com/

Y la verdad, que después de leer a Monona, me fui a inscribir a unas clases de Yoga. A usted le va a pasar lo mismo si la lee en:

http://psicologabaratayzapatosdecharol.blogspot.com/





1 comentario:

Estrella dijo...

Dejo este link, donde se habla de Salta:
http://lotuyaesta.blogspot.com/2008/04/apuntes-tardos-del-noa-el-25-de-abril.html

Si buscás "golpes duros, nunca predecible" no dejes de leer los cuentos de Cheever, o sus diarios.
Lo que te pasa con los autores salteños, es quizás lo que a muchos les pasa con el cine argentino: tal vez el estar tan pegados a esa oralidad nos descoloca, acostumbrados a que una lengua extraña medie entre nosotros y la pantalla.
Saludos y gracias por el link (que tenga tantas visitas no es mérito mío, muchas son devoluciones de contería, debido, claro a mi nueva adicción).