Por Juan Manuel Diaz Pas*
lo que vendrá
es irreversible
cuerpos y fisuras,
cartílagos del sueño,
muchas almas post
requisitorias.
todos echados a la
quietud carnívora,
bienvenidos a la
indagación y la obediencia.
así es la cosa:
no esperes de la ventana
sino un poco de viento,
con suerte
descontarás los días que
otros andan,
sus calles,
sus tesoros diarios,
las mínimas noticias.
empezar de cero:
un chombi retroceso a un
colchón ignífugo,
una manta gris,
el tercio ocre de un
jabón
y treinta y cinco metros
de papel higiénico.
paisaje átono de
pabellones,
cirqueadas, juego de
dados,
largas cumbias,
el anochecer,
a cada rato el
anochecer.
luego una visita
o dos,
los cigarros,
las revistas,
la información de las
trincheras,
la solidaridad del rancho,
el menesteroso arder de
los mecheros,
las palomas que, al
volar,
procuran preservar la
luz
para que un chorro
active una secuencia:
¿cómo habrá de ser nuestro
próximo rostro,
el tacto que le seguirá?
conozco una historia:
un explorador sueña
en su bitácora
con el día en que
contará lo descubierto
al mundo
pero acaba devorado por
lagartos.
* Poema enviado desde la ultratumba ubicada en la ciudad judicial salteña.