miércoles, 30 de abril de 2008

El almuerzo

Antes, digo, porque parece que hubo un buen día y hora en la que todos esos gritos que subían hasta saturar las repeticiones se terminarón. Se aceleraban y unían hasta terminar en un gran golpe.
Pero eso era antes.
Ahora lo que me apresura es la esperanza abierta por la receta elegida.

- en algo así como el pasillo de la galería le hace lugar tirándole un colchón.
- ¿Y cómo hizo con estos fríos?- se intereso ella.

Saqué al gato que ocupaba silenciosamente la silla inclinándola y dejando al gato a voluntad de la ley de la gravedad. Única ley univoca para todos a mi entender y al repasar los noticieros.

- Me dijo que trabaja llenando bolsas. Eso hace el viejo, nada más. Y que vive allí mismo, en el mismo lugar donde cargan las bolsas, que el otro viejo vende. Vive solo, hay gente que todavía vive sola. ¿no?
- ¿Y saca mucho?
- Dice que le dan siete pesos
- ¿Por día siete pesos?
- Por bolsa, deja que termine – respondió y siguió él – al mes saca poco más de ochocientos pesos. Dice que con eso alcanza. Es solo. Vive solo. No tendrá muchos gastos- redondea en algo así como lo que sería la ecuación general de la opinión pública.
- No debe tener nada. Por eso no se preocupa en volver allí y se queda con Roberto.

Voy a buscar el queso de rallar de la heladera. Simplemente algo tiene que servir para cambiar el sabor.
Vuelvo a dejar caer al gato de la silla.

- ¿Igual creo que debe ser triste estar solo?

Vuelvo a la heladera, busco. Saco un poco de jugo. El frío del congelador hace que me decida por la mayonesa. Ya no sé como sabrá ésta mutación.

- el sereno del obrador vive en la casilla. Solo. Una vez fui a buscar una herramienta a la noche y me hizo pasar. Tiene una cama y una anafe, nada más.
- El Cordobés, ¿te acordas, Guillermo?, qué será de él. Desde que murió la Hortensia no sabemos nada de él. Se había vuelto pichi.
- Ya lleva treinta años trabajando para la empresa, pero siempre vivió en la casilla del obrador.

No sé que decir, si empeoro antes o directamente todo hibrido debe saber así. Voy a la alacena a buscar los cebollines en escabeche.

- y después de eso entró a trabajar a la empresa y… ¿quedó algo más en el horno?, Juana, tráelo.
- Humberto, se llamaba, ¿ no?. José Antonio dijo que lo vio en la plaza de Independencia con otros pichis. ¿Y no se jubilo todavía?. Yo no lo volví a ver a ver al Cordobés, lo debe haber agarrado una helada por ahí. Pobre. ¿Le hacen los aportes?
- No, no lo jubilaron todavía. Debe ser que tiene los aportes pero no los años. No sale de la casilla, se queda allí tomando mate. Por ahí no quiere que se acuerden lo que paso. Igual ya nadie se debe acordar. Aparte eran gente pobre y no hicieron la denuncia o nunca buscaron mucho. Anda a saber. Por ahí sale, hace sus compritas y vuelve. Una vez me vio salir en la camioneta, sabía que iba para la ciudad, y me pidió que le compre un paquete de arroz, otro de fideo mostacholi, y una lata de cornebet.

Pienso en lo que me quedo en la alacena, un atún o algo así debe haber para acompañar arriba de los cebollines. Me levantó y llevo el plato a la pileta.

martes, 29 de abril de 2008

Diario de un escribidor (día 56)



Alejandro Kozarts

Las lecturas de Gombrowicz y Raymond Carver han pegado bien. Golpes duros, nunca predecibles. No puedo decir lo mismo del salteño Cabot. Sus cuentos, que fueron galardonados en el concurso provincial (el libro fue editado por la provincia) no están mal, pero tampoco están bien. Me pregunto si esta sensación se produce en mí porque lo he leído a la par de esos dos monstruos (el polaco y Carver) o si hay algo en mí que de manera inconciente me lleva a despreciar a algunos coterráneos.
Es raro, porque hay otros escritores salteños, que leo y releo con gran placer. No sé.
Con Rodrigo España hablábamos sobre esto hace unas semanas y un punto en el que coincidíamos es en que hay un problema con la recreación de la oralidad en la mayoría de las narraciones salteñas. Salvo Aparicio, en los demás suena terriblemente impostado.

Lo que está en crisis es, probablemente, el concepto mismo de salteñidad que encierran algunos escritores. El espectro se ha ampliado mucho.

Cine. Estoy viendo casi una película por noche, gracias al E-mule. Masculin-Feminim e Historias del cine, de Godard, Noche en la Opera y una noche en Casablanca de los Hermanos Marx, una de Darío Argento con un detective ciego. Y me preparo para ver Rashomon más tarde.

Voy a tener que encargar de Buenos Aires el libro Los Culpables, de Juan Villoro, porque en Salta no lo tiene nadie.

Novedades en la web. Hay personas a las que casi nunca menciono en esta parte, pero es porque considero que juegan en primera, que ya los conocen todos y no hace falta que desde este humilde blog se los recomiende. Pero hoy por las dudas lo hago: Lean a Cicco, renueva artículo todos los jueves o viernes en http://www.hipercritico.com/. Y la otra es Estrella, que nos ha acompañado desde la primera hora y tiene uno de los blogs con más comentarios que he visto (creo que sólo le gana el de Alex de la Iglesia) en: http://www.muymuytantan.blogspot.com/

Ya saben que Luís Ferrario está escribiendo su novela en capítulos imperdibles en: http://relatodeunprofe.blogspot.com/ (va por el 16).

El que se sumó a la bloggosfera es Daniel Murillo, periodista de Cuarto Poder y delirante de aquellos. Estudiamos juntos periodismo y recuerdo que casi nos metemos en un concurso de cuentos haciendo pasar nuestros cuentos como si fueran de un mismo autor. Murillo tenía un solo cuento que consideraba decente, yo también uno que para ese entonces para mí era una obra maestra y una chica iba a aportar uno de su autoría. La cosa era juntar tres cuentos, porque ese era el requisito del concurso: tres cuentos por persona. Poníamos todo a nombre de uno y después repartíamos el premio (unos pocos pesos). Pero después nos juntamos, intercambiamos esos cuentos y la chica dijo: no hay forma de que esto lo haya escrito una sola persona (y era verdad, no tenía nada ke ver lo uno con lo otro). Y no nos presentamos. Ese cuento lo quemé, al mes ya me parecía una basura.
Conozcan las locuras de Murillo en:

http://nochedesol.blogspot.com/

Alelo filosófa sobre la amistad entre el hombre y la mujer en: http://caminoasermujer.blogspot.com/

El último post de mario favole lo tiene a riquelme, pero vean más abajo lo que hizo con los simpson. pasen por

http://www.elconjuro.blogspot.com/

Y la verdad, que después de leer a Monona, me fui a inscribir a unas clases de Yoga. A usted le va a pasar lo mismo si la lee en:

http://psicologabaratayzapatosdecharol.blogspot.com/





lunes, 28 de abril de 2008



HAGAMOS OLAS, TRANSMITAMOS ALEGRÍA, UNAMONOS EN TORNO A UNA SOLA BOLSA DE COCA, COMPARTAMOS EL MISMO VINO JUNTO A UN PIQUETERO CAMPEÑO, ABRAZEMOS A LA CHETA DE TRES CERRITOS QUE SE INDIGNA POR LA INJUSTICIS (de las retenciones), VOCIFEREMOS AL MUNDO LA RELEVANCIA DE TAL NOVEDAD:


¡¡¡¡¡EL TRIBUNO RECIEN SE ENTERA QUE EN SALTA HAY PROBLEMAS DE DESNUTRICIÓN!!!!!






Tiene bajo peso el 60% de los alumnos en el barrio Siglo XXIAplicarán un plan nutricional para 1.200 chicos de los grados más bajos en la escuela de la zona.



Entre el 60 y 70 por ciento de los chicos de primaria tiene bajo peso en la escuela de barrio Siglo XXI según una investigación que hicieron médicos del Gobierno de la Provincia y que se dio a conocer en una reunión entre docentes, padres y funcionarios.
El estudio sobre la cantidad de niños con problemas de alimentación fue realizado hace unos meses por profesionales de la ex Secretaría de Asistencia Médica sobre la escuela de Siglo XXI, que también tiene estudiantes de Democracia, San Benito, Santa Cecilia y Libertad."El problema se ve sobre todo en EGB y el análisis que se hizo sobre el peso de los chicos explicó los frecuentes desmayos en las aulas. Lo que creo es que muchos reciben la copa de leche y comen lo mínimo hasta el otro día", dijo a El Tribuno Olga Fernández, directora de primaria de la escuela.La docente indicó que en el sector "se hacen muy evidentes las necesidades básicas insatisfechas". "No hace falta ser especialista para darse cuenta, por la contextura física o el color de la piel, que hay una alimentación insuficiente", sostuvo.Maestros y padres del sudeste dialogaron la semana pasada con funcionarios del Ministerio de Educación a quienes plantearon los problemas de la zona que atentan contra la escolaridad de los chicos, entre ellos el nutricional.Las autoridades se comprometieron a incorporar a los 1.200 niños de la primaria a un plan nutricional. Los chicos ya recibían un desayuno o merienda y ahora tendrán también un almuerzo o refuerzo nutricional de acuerdo al horario en que van a clases.El diálogo también abordó el tema de las adicciones, que ya se había planteado hace un mes cuando los padres denunciaron ante el Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos que la pasta base de cocaína se vende a la salida de clases e incluso a través de las ventanas de la escuela.
Piden médicos
Maestros y padres del sudeste también pidieron más profesionales de la salud porque el centro sanitario de Santa Cecilia, que cubre la zona, no alcanza para atender a todas las familias.La gente solicitó contar con médicos que atiendan consultas, sobre todo pediátricas, los sábados en la escuela de Siglo XXI. Los vecinos aseguraron que si van a los hospitales les dicen que asistan a las salas barriales porque también están saturados."Hay problemas que requieren atención rápida. Necesitamos un plan de salud para responder a esta situación", dijo Mirta Bernardón, presidenta de la cooperadora de padres.La directora detalló que, además de las dificultades alimentarias, los niños tienen problemas físicos y psicológicos que demandan respuestas. "Un único centro no alcanza para tanta población", sintetizó Olga Fernández.
Más vigilancia por la venta de drogas
El jefe de Policía, Gerardo González, estuvo en la escuela de Siglo XXI y se comprometió a intensificar la vigilancia luego de que maestros y padres denunciaran que les venden drogas a los alumnos en los alrededores del colegio.González dijo que habría personal de caballería afuera de la institución en los horarios que los maestros crean necesarios y que se agregaría un móvil para la zona, ya que hasta ahora sólo había uno.Los vecinos habían dicho, en una reunión con el ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Nicolás Juárez Campos realizada en marzo, que había chicos con adicción a la pasta base de cocaína desde los 12 años.También informaron que la sustancia se vende a la salida, cerca del colegio, o incluso a través de las ventanas del edificio durante el horario de clases.Los docentes vienen pidiendo que se coloquen rejas alrededor del establecimiento como medida preventiva y según se informó, la Secretaría de Obras Públicas analizaría la posibilidad de hacerlo la semana que viene.Sobre el tema de las adicciones, Luisa Bautista, a cargo de comisaría de la zona, dijo que "la comunidad está colaborando dando información sobre los lugares de venta y sobre cada denuncia se están haciendo investigaciones"."De todos modos creo que este tema requiere un trabajo integral. A veces los padres quieren que detengamos a sus hijos porque consumen y se robaron algo de la casa para venderlo pero no es la solución porque el chico tiene que recibir un tratamiento", expresó Bautista."En las últimas semanas también se planteó el problema de que grupos de chicos de la zona se pelean con nuestros alumnos cuando salen de estudiar. Los amenazan, les piden dinero o les pegan", contó Carolina Cibantos, directora de Polimodal.Según se informó, la comisaría detiene a unas 20 personas por fin de semana por robos y violencia, entre otras situaciones.
Problema social
Este año hubo un alto nivel de repitencia en la escuela de Siglo XXI. Los docentes asociaron esta situación a las dificultades sociales que se viven en la zona, entre otros factores. "Si un chico tiene adicción tiene un rendimiento muy bajo", dijo la directora de Polimodal, Carolina Cibantos.
Riesgo educativo
"Hay muchos alumnos en riesgo social y escolar. Vinimos por un pedido de auxilio de los padres. Vamos a armar un plan de trabajo e ir arbitrando soluciones", dijo la ministra de Educación, Marta Torino, después de reunirse con padres y docentes del sudeste el viernes.
Nuevas bocas
"Vamos a intensificar la vigilancia por las denuncias sobre venta de drogas que plantean los docentes y padres. La Policía investiga todo lo que se informa sobre distribución de sustancias pero a medida que se hacen procedimientos en lugares de venta se abren otros nuevos. Entonces, creemos que la respuesta debe ser interdisciplinaria para contener a los chicos porque están expuestos", aseguró el jefe de Policía, Gerardo Morales, en Siglo XXI.

Escribir es dejar de ser escritor



ESTE ARTÍCULO PERTENECE A Enrique Vila-Matas Y SE LO ROBAMOS A MR ANAGRAMA.


Muchas veces me he visto obligado a contestar a la pregunta de por qué escribo Al principio, cuando era muy joven y tímido, utilizaba la breve respuesta que daba André Gide a esa pregunta y contestaba: «Escribo para que me lean.»
Si bien es cierto que escribo para que me lean, con el tiempo he aprendido a completar con otras verdades mi sincera respuesta a la pregunta de por qué escribo. Ahora, cuando me hacen la inefable pregunta, explico que me hice escritor porque 1) quería ser libre, no deseaba ir a una oficina cada mañana, 2) porque vi a Mastroianni en La noche de Antonioni; en esa película -que se estrenó en Barcelona cuando tenía yo dieciséis años- Mastroianni era escritor y tenía una mujer (nada menos que Jeanne Moreau) estupenda: las dos cosas que yo más anhelaba ser y tener
Casarse con una Jeanne Moreau no es fácil, tampoco lo es ser realmente un escritor. Por aquellos días, yo tenía una vaga idea de que no era sencillo ni una cosa ni la otra, pero no sabia hasta qué punto eran dos cosas muy complicadas, sobre todo la de ser escritor
Yo vi La noche y empecé a adorar la imagen pública de esos seres a los que llamaban escritores. Me gustaron, en un primer momento, Boris Vian, Albert Camus, Scott Fitzgerald y André Malraux. Los cuatro por su fotogenia, no por lo que hubieran escrito. Cuando mi padre me preguntó qué carrera pensaba estudiar -é1 tenía la callada ilusión de que yo quisiera ser abogado-, le dije que pensaba ser como Malraux. Recuerdo la cara de estupor de mi padre, y también recuerdo lo que entonces me dijo: «Ser Malraux no es una carrera, eso no se estudia en la universidad.»
Hoy sé muy bien por qué deseaba ser como Malraux. Porque ese escritor, además de tener una expresión de hombre curtido, se había construido una leyenda de aventurero y de hombre no reñido con la vida, esa vida que yo tenía por delante y a la que no quería renunciar Lo que en esos días yo no sabía era que para ser escritor había que escribir, y además escribir como mínimo muy bien, algo para lo que hay que armarse de valor y, sobre todo, de una paciencia infinita, esa paciencia que supo describir muy bien Oscar Wilde: «Me pasé toda la mañana corrigiendo las pruebas de uno de mis poemas, y quité una coma. Por la tarde, volví a ponerla.»
Todo esto lo explicó muy bien Truman Capote en su célebre prólogo a Música para camaleones cuando dijo que un día comenzó a escribir sin saber que se había encadenado de por vida a un noble pero implacable amo: «Al principio fue muy divertido. Dejó de serlo cuando averigüé la diferencia entre escribir bien y escribir mal; y luego hice otro descubrimiento más alarmante todavía: la diferencia entre escribir bien y el arte verdadero; es sutil pero brutal.»
Así pues, yo en esos días no sabía que para ser escritor había que escribir, y además había que escribir como mínimo muy bien. Pero es que, por no saber, ni sabía que era preciso renunciar a una notable porción de vida si se quería realmente escribir Por no saber, ni sabía que escribir, en la mayoría de los casos, significa entrar a formar parte de una familia de topos que viven en unas galerías interiores trabajando día y noche. Por no saber, ni sabía que iba a acabar siendo escritor, pero un tipo de escritor alejado de la figura de Malraux, pues me esperaban aventuras, pero más del lado de la literatura que de la vida.
Pero escribir vale la pena, no conozco nada más atractivo que la actividad de escribir, aunque al mismo tiempo haya que pagar cierto tributo por ese placer. Porque es un placer y es -como decía Danilo Kis- elevación: «La literatura es elevación. No inspiración, les ruego. Elevación. Epifanía joyceana. Es el instante en que se tiene la impresión de que, en toda la nulidad del hombre y de la vida, hay de todos modos unos cuantos momentos privilegiados, que hay que aprovechar. Es un don de Dios o del diablo, poco importa, pero un don supremo.»
Hoy en día, con el auge de la nueva narrativa española, se dan entre nosotros dos tipos de escritores jóvenes, de escritores principiantes: por una parte, están los que no ignoran que se trata de un oficio duro y paciente, un oficio en el que se avanza en tinieblas y le obliga a uno a jugarse la vida, a arriesgar (como decía Michel Leiris) la vida como lo hace un torero; por otra parte, están los que ven en la literatura una carrera y buscan el dinero y la fama como primer objetivo de su trabajo.
No tengo alma de predicador y, además, no quiero desanimar ni a unos ni a otros, de modo que citaré de nuevo a Oscar Wilde, citaré ese consejo que le dio a un joven al que le habían dicho que debía comenzar desde abajo: «No, empieza desde la cumbre y siéntate arriba.» Gabriel Ferrater lo dijo de otra forma: «Un escritor es como un artillero. Está condenado, lo sabemos todos, a caer un poco más abajo de su meta. Por ejemplo, si yo pretendo ser Musil y caigo un poco más abajo, pues ya es bastante más arriba. Pero si pretendo ser como un autor de cuarta fila...»
Un escritor debe tener la máxima ambición y saber que lo importante no es la fama o el ser escritor sino escribir, encadenarse de por vida a un noble pero implacable amo, un amo que no hace concesiones y que a los verdaderos escritores los lleva por el camino de la amargura, como muy bien se aprecia en frases como esta de Marguerite Duras: «Escribir es intentar saber qué escribiríamos si escribiésemos.»
Plantearse escribir es adentrarse en un espacio peligroso, porque se entra en un oscuro túnel sin final, porque jamás se llega a la satisfacción plena, nunca se llega a escribir la obra perfecta o genial, y eso produce la más grande de las desazones. Antes se aprende a morir que a escribir. Y es que (como dice Justo Navarro) ser escritor, cuando ya se sabe escribir, es convertirse en un extraño, en un extranjero: tienes que empezar a traducirte a ti mismo. Escribir es hacerse pasar por otro, escribir es dejar de ser escritor o de querer parecerte a Mastroianni para simplemente escribir, escribir lo que escribirías si escribieras. Es algo terrible pero que recomiendo a todo el mundo, porque escribir es corregir la vida -aunque sólo corrijamos una sola coma al día-, es lo único que nos protege de las heridas insensatas y golpes absurdos que nos da la horrenda vida auténtica (debido a su carácter de horrenda, el tributo que debemos pagar para escribir y renunciar a parte de la vida auténtica no es pues tan duro como podría pensarse) o bien, como decía Italo Svevo, es lo mejor que podemos hacer en esta vida y, precisamente por ser lo mejor, deberíamos desear que lo hiciera todo el mundo: «Cuando todos comprendan con la claridad con que yo lo hago, todos escribirán. La vida será literaturizada. La mitad de la humanidad se dedicará a leer y a estudiar lo que la otra mitad de la humanidad habrá escrito. Y el recogimiento ocupará la mayor parte del tiempo que será así arrebatado a la horrible vida verdadera. Y si una parte de la humanidad se rebelase y se negase a leer las lucubraciones de los demás, mucho mejor. Cada uno se leería a sí mismo.»
Leyendo a los otros o a nosotros mismos, poco margen veo yo para estallidos bélicos y mucho en cambio para la capacidad de un hombre para respetar los derechos de otro hombre, y viceversa. Nada menos agresivo que un hombre que baja la vista para leer un libro que tiene en sus manos. Habría que partir a la búsqueda de ese recogimiento universal. Se me dirá que se trata de una utopía, pero sólo en el futuro todo es posible.___________________________________________

sábado, 26 de abril de 2008

viernes, 25 de abril de 2008

Diario de un escribidor (Día 55)



Alejandro Kozarts


Lecturas desordenadas, alternando entre Gombrowicz, Raymond Carver y un tal Cabot, que salió tercero en el concurso provincial de cuentos, realizado 4 años atrás. Creo que estoy leyendo con mucho prejuicio al salteño, pero al menos el primer cuento me ha parecido un somnífero.

Hoy, finalmente fui al médico (algo que vengo postergando desde hace tiempo), porque, aún cuando he dejado definitivamente el cigarrillo, el asma y los problemas respiratorios no han cedido. –Cocaína?, pregunta el doctor. Bueno, ya que estamos, le digo. Me mira feo. Un chiste, le digo y me hace cara como que entendió que era un chiste. No, nunca, le digo. Ah. Después, revisación completa. Tengo que hacerme radiografías y un estudio de sangre por la alergia. Me dio un inhalador y ahora me siento mejor. Me dijo que tendría que haber ido antes. –Es que le tengo fobia a los médicos, le digo. Por qué, pregunta. Porque me recuerdan a la muerte, le digo.


Mañana va a ser mi último día en la redacción del semanario. Afortunadamente Borella encontró un reemplazante. Por un lado siento un alivio, porque no daba más y porque ese agotamiento se estaba trasladando al producto final y sobre todo porque ahora voy a poder dedicarle un tiempo mayor a otras lecturas y a mis escrituras. Pero, por otro lado, siempre me queda una nostalgia de dejar la redacción (que ya dejé en otras ocasiones y a la cual siempre vuelvo). Con Cuarto Poder me ha pasado algo raro. Yo todavía estaba en el secundario, en tercer año si no mal recuerdo y desde luego no tenía la más pálida idea de qué quería hacer con mi vida futura (sabía que quería leer y quizá escribir y además tenía preocupaciones políticas, pero no encontraba una carrera específica para eso), cuando en una revistería me topo con la tapa de un periódico: el copete decía que le habían prohibido al gobernador hacer una cancha de golf en la casa de gobierno, la foto lo mostraba agachado, de espaldas, recogiendo una pelotita de golf y el título era: “A Romero le rompieron el hoyo”. Recuerdo que me reí mucho y me pregunté quiénes serían esos locos que decían esas barbaridades (yo vivía en una espantosa burbuja púrpura por esos días) del gobernador. El nombre del periódico era, justamente, Cuarto Poder.
Meses después decidí estudiar periodismo (grave error) y al año de haber salido del secundario ya estaba escribiendo para Cuarto Poder. Pisar la redacción, por entonces, era todo un privilegio, ver a los tipos escribiendo (Estaba Miguel Brizuela, que golpea las teclas con una velocidad increíble y sólo se detenía a buscar sinónimos, y cuando lo encontraba seguía; el talibán y murillo y tantos otros). Eran tiempos de vacas flacas y Borella nos daba a elegir entre unas pizzas o un fernet (que para colmo era un vitone, nada de Branca). Elegíamos siempre el fernet, por supuesto. Pasamos hasta 4 meses sin cobrar, pero había compromiso. Recuerdo que estábamos encerrados, escribiendo, con el mate ya lavado y el loco entraba a eso de las siete y todos los mirábamos para saber si salía el número o no, si había conseguido guita para imprimir el semanario y borella decía no, no hay guita, pero sigan escribiendo que algo voy a encontrar y no sé cómo pero el semanario salía, a veces se terminaba de imprimir como a las cuatro de la tarde, pero salía. Lo mejor de esa redacción, por lejos, era la malicia, la hijaputez, el sentimiento de venganza, especialmente cuando teníamos que armar la tapa y nos juntábamos a tirar títulos e ideas para algún fotomontaje.
Eran otros tiempos, en que casi no había Internet (y además nuestras mákinas prehistóricas no servían para internet) y las redacciones eran otra cosa. Ahora están despobladas, todos te mandan la nota por mail, incluso nuestro dibujante está en Buenos Aires. Aprendí mucho de todos mis compañeros, en la redacción y sobre todo en el café, en esas tertulias en las que se aprende escuchando todo tipo de historias.
Por aquellos días yo creía más en el periodismo, en el poder de la palabra. Quizá el romance renazca alguna vez.

jueves, 24 de abril de 2008

Compañero Diego Armando


Yo sabía que el Diego era peronista, y al que no le guste que se valla a cagar.
Opadromo, peronistas genéticos, saludan y dan la bienvenida al verdadero pueblo al ídolo máximo, después de:


Juan Domingo
Eva
Discépolo
Juan José Valle
Gatica
Todo el plantel de Racing del 66'
Pappo
Falucho Laciar
Osvaldo Soriano
Los hermanos Macaione
El Puma Arroyo
y todos los albañiles de la República

miércoles, 23 de abril de 2008

Smoke on the city


¿No sera todo el quilombo del humo una intervención urbana de Marta Minujin o algún otro artista loco escapado del Di Tella?

martes, 22 de abril de 2008

Abuchearon al Chaqueño por actuar borracho



ESTA NOTA SALE HOY EN EL DIARIO CRITICA DE LA ARGENTINA.

COPETE: "La gente se quedó enojada" y exige que le devuelvan el dinero, contaron los dirigentes del club que contrataron al folclorista.


Dirigentes del Club Pampero de Ataliva Roca, una localidad ubicada a 45 kilómetros al sur de Santa Rosa de la Pampa, se quejaron de que el músico Oscar "Chaqueño" Palavecino dio el domingo a la noche un recital en un considerable estado de ebriedad. Antes del show, el cantante había compartido un larguísimo asado con paisanos del lugar.


En declaraciones a FM Noticias, de La Pampa, Ariel Coria, vicepresidente del Club, aseguró que ni los organizadores ni las 1.200 personas que asistieron (casi la totalidad de la población) se habrían quedado conformes con el recital, que duró alrededor de una hora.


Antes de terminar el concierto quedaron sólo unas pocas personas en el lugar. El resto se había retirado abucheando al folklorista y a sus músicos y exigiendo la devolución de los 50 pesos que habían pagado por la entrada.


Según el dirigente del club "la gente se quedó enojada y disconforme por el modo en que se presentaron, porque a decir verdad no estaban bien para hacer nada".

domingo, 20 de abril de 2008

la parábola del pichi místico

un segundo de iluminación
como rayo catódico
a la pupila de borrego

la lucidez
que en nada semeja
a la sobriedad
de los bienpensantes

"y ahí nomás te das cuenta chango, y se te viene todo para adentro: o me vuelvo evangelista o me pego un tiro, total a esas alturas mucho ya nada importa, y todo viene siendo como lo mismo, sino preguntale a cualquier otro, y lo que más me duele es que mi hija está bien lejos"

y es que el tipo ya se la sabe
y es que ya no hay fuego que lo caliente
rodrigo españa

sábado, 19 de abril de 2008

Diario de un escribidor (el regreso)




Alejandro Kozarts


¿Por qué se inicia un diario? ¿Por qué un día ese diario se paraliza? ¿Por qué hoy estas páginas vuelven a ser llenadas? La verdad que no tengo la respuesta a ninguna de estas preguntas. Quizá escribo ahora para responderlas. Quizá no.

En este momento mi relación con la literatura está tocando fondo. Casi no leo literatura (sí ensayos y textos teóricos para la universidad y me he pasado más tiempo recitando latín), de aquel que en las vacaciones devoró libros, hoy sólo hay vestigios. Desde luego, tampoco estoy escribiendo, sólo anoté en mi cuaderno la idea y fragmentos para un par de cuentos, de los que tampoco se puede esperar mucho, aunque voy a intentar escribirlos (cuando digo que no espero mucho de ellos, quiero decir que aún cuando logre escribirlos a la perfección –algo que yo no pude hacer nunca- van a ser cuentos olvidables, y creo que todos tenemos la obligación de aspirar a la perfección, de esperar de cada uno de nuestros cuentos, que sean La noche boca arriba o rosas amarillas o A la deriva o Miss Silphia o Putas Asesinas. Uno tiene que encarar su escritura con el objetivo de crear algo que sea capaz de irradiar lo mismo que uno sintió leyendo esos cuentos.)


Desde luego, esto me avergüenza muchísimo: por no estar a la altura de lo que uno aspira, por no tener el coraje de quemar las naves.


Y en el medio, mi relación siempre conflictiva y contradictoria con la universidad, donde todo me parece en decadencia (sobre todo por los siempre tan perfectos estudiantes y tan espantosos lectores). No todos, desde luego. Sí he disfrutado asistiendo a las clases de la cátedra de Literatura Argentina, que hasta septiembre ha quedado en manos de Rafael Gutiérrez. Sé que además de profesor, el tipo es escritor y por eso su relación con la literatura es otra, se apasiona mucho y el otro día hasta habló de Bukowski (un tema lleva al otro, che), lo citó y creo que más de un alumno tomó nota del autor. Espero que alguno lo lea. Bukowski ha sido muy importante para mí y sigo leyendo sus textos con placer (el libro de poemas que tengo es el más prestado de mi biblioteca –calculo que ha pasado por unas 20 personas- y por eso no tiene ni una sola hoja en su lugar). No creo que haya ejercido una influencia en mi escritura, pero sí tuvo la virtud de mostrarme que eso también se podía hacer, que eso también valía, que el campo de la literatura era mucho más amplio de lo que pensaba (o de lo que me habían hecho pensar).

Otro problema es el semanario, para el cual estoy escribiendo por inercia, sin la más mínima pasión. Hoy para la página cultural improvisé en media hora una nota recomendando la revista contrarreforma y el blog de los relatos del profe. Notas más bien patéticas, tristes. Estoy a cargo de la redacción, la idea era tener ese puesto por un par de semanas, no más, pero parece que me quedo todo mayo. No sé por qué lo hago. Hace tiempo que no creo en el periodismo, en su poder transformador. Esto se ve agravado en que el semanario es leído por muy pocas personas (como mucho se venderán mil ejemplares) y la verdad es que por más buenas denuncias que lleguemos a hacer, no pasa nada. A veces creo que al semanario lo leen solamente los políticos. Los viernes trabajo desde las 14 hs. en el semanario, aunque desde el miércoles y jueves ya estoy comunicándome con los demás periodistas para ver qué van a escribir y cuánto. La cosa es llenar esas 15 putas páginas. Estoy hasta las 23 hs. corrigiendo y reescribiendo notas (a veces dos horas frente a una nota pa darle sentido) y de ahí para el hotel, hasta las 7 am, ya sin fuerzas para escribir ni pensar nada. El sábado, convertido en una piltrafa humana. Una vez me pasó que estaba secando los cubiertos después del almuerzo y, al ver el tacho de basura en frente me pregunté si estaba tirando los cubiertos ahí en vez de guardarlos en el cajón. Miré adentro y había como 3 cucharas. Realmente no sé por qué sigo. Me había planteado la excusa de luchar por la página cultural y desde allí difundir a escritores y poetas que no han podido publicar y también intentar plantear otras cuestiones que acá nadie plantea; pero esta semana no hice nada de nada.
Reempezar este diario es una forma de obligarme a reaccionar, a romper con la inercia y salir, de una buena vez, de la mediocridad. Al menos, de definirme por lo que importa. Uno no puede dedicarle las 24 hs. del día a la literatura, sería insano, sicótico, pero sí debo reservarle el lugar que debe tener.

Cine. Entre Cronenberg y Bergman en vcd. El miércoles asistí al estreno de la película salteña “Salta clase B. El macho y la mujer que lavaba platos”. El director, José María Martinelli. La temática es similar a la de rey muerto, el corto de Lucrecia Martel, pero con un final distinto. La verdad es que me ha parecido espantosa, con un total desprecio por los espectadores y por el cine. El director, antes del inicio, advirtió que se trataba de televisión (un unitario pensado para tv) y no de cine, cuando justamente los mejores unitarios que se han logrado son los que se han trabajado como cine (pienso en Mujeres asesinas, por ejemplo) o quizá lo dijo como excusándose o abriendo el paraguas. “Demasiado ego para tan poco talento”, iba a ser la última oración de la crítica que estaba por escribir para el semanario. Pero no la escribí. Escribirla hubiera sido ejercer un acto de crueldad, como patear a un tipo en el piso durante media hora. Creo que cuando se presentan obras de este tipo (en las que no hay nada –absolutamente nada- para rescatar (bueno sí: los primeros 30 segundos, en que hay tomas del mercado san miguel) lo mejor es ningunearlas y no caer en la tentación de imponer la masacre fácil. En salta21.com se puede leer una crítica, a mi modo de ver bastante generosa, que aún así no ha caído bien entre los hacedores.


Estoy leyendo Diario argentino, de Gombrowicz. Quizá él sea el responsable de la reapertura de este diario.

miércoles, 16 de abril de 2008

CONTRARREFORMA

IMPERDIBLE Y GRATIS. UNA REVISTA LINDISIMA AL ALCANCE DE CUALQUIER PELAGATOS!
¡LEÁLA ANTES DE QUE LOS SUPLEMENTOS CULTURALES LA EMPIECEN A RECOMENDAR!

lunes, 14 de abril de 2008

domingo, 13 de abril de 2008


Che… ¿Qué hacemos después de la orgía?

By Da Silva


Hace un tiempo Shakespeare dijo: El mundo esta fuera de lugar. ¿Qué era eso de que el mundo estuviera fuera de lugar? ¿Qué era estar en el lugar adecuado? No se entendió. Era un delirio místico. Derrida lo usó para deconstruir el drama existencial de sentirse siempre fuera de lugar. De sentir, que más allá de lo que uno estudie o haga, el mundo siempre será un lugar ajeno a uno mismo. Que este mundo siempre será un lugar en el que uno se sienta raro, sacado de lugar y de tiempo. Ocurre que la frase de Shakespeare es que "El tiempo esta fuera de lugar" (“The time is out of joint”). El tiempo, el mundo; es unir el tiempo y el espacio en lo mismo. Es la existencia, eternamente presente, absolutamente pasado e irremediable y lamentablemente futuro.

El drama existencial del no encontrar el punto justo, el punto medio. El momento en que todo se paraliza para mostrar su armonía y definición final o sea el punto donde encontrar una excusa para dejar de definir, para dejar de pensar. A veces creo que los intelectuales son eternos soñadores de una ignorancia autolegitimada: la de encontrar respuestas últimas para dejar de pensar. En un punto para poder encontrar esa paz de poder ver por fin la imagen congelada y analizarla en detalle, aunque lleve toda la vida. Esto es así porque si toda la vida se necesita para morir con la paz de haber analizado la foto congelada, significa que no hay ni habrá mayor paz a la hora de la muerte.

Pero no es así. La realidad es asquerosamente dinámica. Da tanto asco que uno se encuentra asqueado de ver que se mueve tanto y uno se siente en el mismo lugar, haciendo las mismas cosas, pensando lo mismo, luchando contra los mismos garcas de siempre y sintiendo que nada cambia, que todo se mantiene igual, que hasta el cambio caótico (el tiempo en caos sería la forma cuántica de decir la receta newtoniana ya nombrada de que esta fuera de lugar) parece haber sido acaparado por la escena simulada sistémica. El sistema es lo contrario del cambio, pero peor aun es cuando el sistema propone el mismo cambio escénico como telos del cambio. Lo importante no es cambiar la obra, sino los actores, la escena. Esto significa que lo que se agotan son las imágenes, no los contenidos.

Somos una generación (los que crecimos en los ´80) que armamos nuestros imaginarios en base a imágenes. Los libros de texto vinieron después. Ya cuando éramos más grandes y cuando el cable del menemismo nos enseñó la liviandad de la tilinguería decadente como forma de sobrepasar la ruina endógena y simbólicamente violenta. El dicho: “Mejor reír que llorar” lo resume. El sentido común más que alienar directamente pragmatiza los diversos desvarios de los discursos hegemónicos y lo pone con tal crudeza que deja mudo al más susceptible de los críticos y ni hablar de los moralistas de turno.

Ahora nos distraemos con la imagen, con la virtualidad. El movimiento (el de Shakespeare fuera de lugar, el de la dialéctica de Hegel) en la posmodernidad pasa por convencer del movimiento de lo inamovible: ganó el sistema. Ganó la indiferencia, ganó la culpa cristiana, ganó la repetición culposa de una oración frente a una estatua de mármol en cualquier iglesia, ganó el sexo frente a una pantalla, ganó la locura de la masa. Y aquí hay algo. Ganó la masa y perdió la clase, perdió el sentido y ganó la imagen.

Quizá me dirán que tanto Hegel como Shakespeare son perdedores. Ellos perdieron. Ganaron los que saben que lo más importante en el mundo antes que luchar es contar una buena historia que la masa la crea para mantenerla así como es: masa. Tanto Shakespeare como Hegel perdieron y no tienen más que hacer que alabar el hecho de que el movimiento del mundo este congelado en la imagen. Ahora pedirían disculpas por no haber visto las imágenes, pues son tan bellas porque ellas no tienen negación, no están fuera de lugar. Al contrario, siempre alegran, siempre llenan un vacío; o nunca escucharon a alguien decir: “La verdad que mucha bola no le doy a la tele… la prendo porque hace ruido, porque me hace compañía”. No hay alteración, no hay critica, no hay desfasaje; hay amor y fascinación al ver a alguien hablándome directamente a los ojos. Eso pocas veces pasa en la interacción cotidiana. ¿No es fascinante?

El próximo manifiesto comunista tiene que ver estas cosas. Tiene que ver cuál es el nuevo sujeto histórico que va a venir a encarnar la negación de los medios, de los asquerosos medios de disuasión/distracción masivos. Tiene que haber un nuevo sujeto para ellos o al menos una nueva esencia que nos aleje de los discursos automáticos y de sus efectos quánticamente reproductibles.

La próxima revolución será una para conseguir aquello más preciado que nos ha terminado por quitar el sistema: lo real. Cuando lleguemos a eso pueden pasar dos cosas: o nos suicidamos en masa para no ver lo que ya esta mostrado (entonces el ser humano será además de malo, estúpido y temeroso porque la simulación será más fuerte que la naturaleza) o bien estaremos fascinados y esencialmente deconstruidos. Pero no ambas cosas. Si de dan las dos, finalmente seguiremos engañados y allí sí estaremos seguros de que gran parte de la historia ha sido un simulacro y junto con Baudrillard nos preguntaremos eterna y hasta incómodamente: Che… ¿Qué hacemos después de la orgía?

viernes, 11 de abril de 2008

Alguien lo tenía que decir

"Las mujeres de izquierda son feas"

Silvio Berlusconi
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Periodista salteño denunció censura cubriendo una manifestación contra la instalación de una mina

ESTA NOTA SALE EN EL DIARIO PERFIL.
Colgado: Presunta mordaza a la prensa en provincia kirchnerista
COPETE: Se trata de Sergio Penella, de Metán. Relató a Perfil.com cómo debió dejar su trabajo tras los condicionamientos que recibió.

Por Lorena Tapia Garzón (*)

Un periodista de Metán, Salta, se vio obligado a abandonar su trabajo en el noticiero de un canal de cable local, luego de recibir presiones de los dueños de la empresa para que no entrevistara a delegados de un grupo de vecinos autoconvocados que reclama contra la instalación de una mina a cielo abierto en la zona, según denunció. El hecho ocurrió el viernes pasado, cuando el periodista Sergio Penella llegó al canal Cable Visión Metán para transmitir en el noticiero la cobertura de una marcha con antorchas que había realizado en la plaza principal el grupo de Vecinos Autoconvocados por un Medio Ambiente Sano (Vapumas). “Cuando llegué, el encargado de la programación local, Antonio Rodríguez, me llamó aparte y me dijo que no podía seguir sacando al aire entrevistas con dos de los delegados de Vapumas, Roberto Nievas y Hugo Zainpemberg, que son precisamente los voceros del grupo”, contó Penella a Perfil.com. “No quiero (que sigas entrevistando) porque ya me tiraron de la oreja los dueños de la empresa”, fue la explicación de Rodríguez. “¿Y quiénes son los dueños de la empresa? Decime, porque quiero saber dónde estoy parado”, le preguntó Penella, pero no obtuvo respuesta. Según Penella, el canal fue vendido hace pocos meses, pero nadie conoce a los nuevos propietarios. “No volví más al programa, y cuando me llamaron para preguntarme por qué, les respondí que no trabajo con condicionamientos”, relató el periodista de 50 años, que trabaja en la profesión desde hace 29. Roberto Nieva, de Vapumas, denunció a Perfil.com que varios medios fueron silenciados, y dijo que sospecha que se trata de una compra de voluntades de la empresa minera Alexander Gold Group. “Nos enteramos del proyecto minero recién hace seis meses, cuando ya se habían hecho la prospección y la exploración, dos de las tres etapas que requiere todo emprendimiento minero. Y ya habían presentado al gobierno el informe de impacto ambiental para comenzar con la explotación, que es la tercera etapa”, contó Nieva. Fue cuando los vecinos de Metán se autoconvocaron para manifestarse en contra de la explotación minera en la zona. “El gobierno del por entonces gobernador (Juan Carlos) Romero no quiso siquiera entregarnos el informe de impacto ambiental de la empresa para que lo analicemos. Luego supimos que además de explotar cobre, la minera pretendía sacar plata, zinc y uranio”, relató Nieva. Vapumas cortó rutas y realizó diversas manifestaciones para reclamar contra la instalación de la minera, y ya lograron que el Concejo Deliberante de su municipio lo prohibiera. Sin embargo, se trata de un proyecto que implica a tres municipalidades, Rio Piedras, Metan, y Rosario de la Frontera, por lo cual el proyecto sigue adelante.

(*) Redactora de Perfil.com

jueves, 10 de abril de 2008

Gatos muertos

Por la mitad de la película ya había entrado en eso que llama la experiencia del espectador. Daba lo mismo que estuviera al frente de lo que fuera. Siempre que lograba entrar, quedaba atrás todo lo demás, y en él volvía la misma escena de una película inconexa.
Su madre pedaleando en un cálido Agosto por el parque Sarmiento lo lleva al mismo destino de todos los miércoles, la fonoaudióloga, y un viento punga le arrebata un gorro que le había armado con una página de La Voz.
Eso es para él la tristeza.
La que siempre vuelve, como en esta noche.
Un exabrupto del padre. Los golpes bajan a su espalda delante de un dios que pide esa prueba para saber cuanto lo ama. Siempre es lo mismo, el cine eleva la escena cotidiana para que sea de película. Una vez leyó una entrevista en la revista VIVA de no sé quien decía que después de aquello, su padre lo fajó, era un recuerdo de cariño, algo así como un hiato en su vida. Terminó allí con la lectura. Su padre era él más cruel de todos. No castigaba. Prohibía. Le quería enseñar: si le prohibía de chico aprendería a que no todo se puede tener en la vida. Ni la misma vida.

Por eso ahora se ahoga en la escena de siempre. No podía gritar ni saltar de aquella bicicleta para recuperar el gorro. El gorro sobre el asfalto en una arista; y los ojos
en diagonal son llevados por la bicicleta. El tipo del film termina en varios psiquiátricos con el mismo santo remedio: electroshock. Pero lo recurrente es que siempre la electricidad intensifica al genio. Más amperes, más brillante la obra.

Pero él ya se había desconectado de aquello. Ahora volvía a su propio film. Los pequeños dedos están a punto de caer sobre las teclas. Su pie izquierdo apoya la sordina. No quiere alterar la tranquilidad del mediodía. Mira sus manos y está por empezar una vez más. Cae un soplido sobre el aire que se lleva las partituras, es el mantel con choclos amarillos estampados.
- Dalé, pelotudo, saca las manos de la mesa que el viejo ya viene con el asado- dice su hermano.
Todo vuelve a su lugar.

lunes, 7 de abril de 2008

Alina

Vas a ser político o rockero. Tenías razón: no fui nada. Armo mi propia opinión sobre lo que veo, es simple: el cuadro se corta (siempre) en dos. El cuadro como espacio físico. Dos mitades. Ó el cielo y la arquitectura. Ó la señorial arquitectura y la obra chambona. Ó el mar y un ángulo del puerto. Desde donde miras. Una mitad se devora a la otra y, sospecho, que siempre pierde la belleza. Ya hablamos hace un tiempo de la belleza, de los lugares de paso. Me quedo con los estacionamientos y los bocetos de Nueva York. Pero no soy objeto. Pero no lo soy. Nada. Me llamaste y  dijiste que tenías algo para mí. Yo mugroso recibiendo un regalo como un niño que días antes había caminado por santa rosa,  una foto  del CBGB y una remera neoyorkina de Los Ramones. Sabías del punk y creo que me defendiste diciendo que eso era vanguardia. No te contaré nada de que ahora estoy en la falsa vanguardia ni que tengo unas ganas de romperte todo. Una terminal de colectivos. Estaba pensando hace unos días en eso, cuando espero en mi anden. Cuando estoy ahí siento un vació que no sé asociar. No es el mismo vació de vasos o de amor. Pongamos que son los agujeros negros de la galaxia ciudadana. Un vacío, así nomas. Los vacíos que empecé a llenar a fuerza de preguntas. ¿Cómo se enamoraron mis padres?. ¿Por qué van siempre solos al cementerio en Octubre?. ¿Quién es el que visita a mi mamá en sus sueños?. Esas cosas. Como buscar el diario del día en que nací, que por cierto no paso nada: siete guerrilleros abatidos, un comunicado oficial, declaraciones de Menotti. Entre todo no encontré ninguno con mi nombre. No hubiera soportado llamarme Ubaldo Matildo. Ahora busco un cuadro que firmaste ese año. No sé, quiero saber si por ahí aparezco. De una manera u otra. Encuentro uno que se titula Invierno. Así que sospecho que tampoco tengo nada que ver. Nací en Primavera. Al final no fui ni una cosa ni la otra. Para lo primero no tuve estomago; y para lo otro no tuve talento. Ningún talento.

domingo, 6 de abril de 2008

Poesía al borde de la razón



ESTA NOTA SALIÓ PUBLICADA EN EL SEMANARIO CUARTO PODER ESTA SEMANA.


COPETE: Una nueva revista literaria sale al ruedo, con el objetivo de difundir voces acalladas por el mercado y por una cultura que no deja espacio para lo nuevo. En esta oportunidad, se difundirá una antología de dos poetas internos del neuropsiquiátrico, donde Cristian Adet brinda un taller literario desde hace años.

La poesía es un río desbocado. Rompe todas las represas que se le ponen en frente y se abre camino por los lugares menos pensados. En Salta, cada vez hay menos espacio para que los jóvenes logren dar a conocer sus trabajos, debido, en gran parte, a la ausencia estatal en el estímulo de la circulación de esos textos, algo que perjudica tanto a los hacedores como a los lectores, dejando como producto una literatura anquilosada. En este marco, en el que todo parece fundado para el silencio, la palabra se hace escuchar, en este caso a través de la revista Equua Pauper, con la edición a cargo del poeta Alejandro Luna, quien además hace la xilografía, el prólogo, la recopilación, los dibujos y hasta la diagramación. Como se ve, es una revista bien a pulmón. La revista, explica el vate, tiene como objetivo dar a conocer voces de artistas salteños que, por uno u otro motivo, no han podido difundir sus trabajos. En este primer número, los textos seleccionados pertenecen a dos internos del neuropsiquiátrico Miguel Ragone, donde Cristian Adet, hijo de Walter Adet, brinda, desde hace casi cinco años, un taller literario.
“La locura es una cosa que no se da como un pan, hermano, es reacia a la aparición publicitaria. Si de pura maldad he decidido poner estos textos como en los antiguos circos las fieras o anómalos cuerpos enjaulados a la vista, es porque todo grito espera una oreja, o toda oreja espera un cuchillo”, escribe Luna en un prólogo que le huye a toda solemnidad, que a tantos opas caracteriza por esta zona. La revista presenta una antología de los hacedores Rubén Perea y Leonel Zapatero, y la verdad es que sus escritos se leen con gran placer.
El segundo número, que también contará con xilografías originales, está anunciado para finales de abril y presentará los poemas de Diego Ramos. “Escribe desde hace mucho. Viaja de manera constante y es muy interesante lo que escribe. Tiene una visión bonita y triste a la vez”, dice Luna. También estaría Fernanda Salas, quien, junto a Ramos y otros poetas salvajes, conformó parte de la revista Kamikaze. “Lo difícil en Salta es cómo sostener un proyecto, cómo hacer algo y mantenerlo a través del tiempo. No sé si son tan fuertes las trabas económicas. Yo conozco gente muy talentosa… Supongo que en ningún lugar a la gente se le regalan las cosas… Hay que moverse….Es muy difícil publicar acá, por los medios, pero también parece que el valle de Salta provoca cierto adormecimiento siestero…”, declara el poeta.

Taller literario

Los textos de este primer número vienen de otro proyecto, conformado por Cristian Adet, a cargo del taller de literatura en el nosocomio, que antes de fin de año publicará una antología con lo mejor de lo producido ese taller. “Hace cuatro o cinco años que comenzamos con el taller literario en el hospital. Es una tendencia en todo el mundo, con un enfoque terapéutico, aunque acá no había nada. Sí hubo una propuesta anterior, en la que se había publicado un libro con algunos escritos de algunos de los pacientes del hospital; pero el taller tiene algo de específico, que es el trabajo cotidiano, no sólo el armado de un texto sino el trabajo de la palabra en el texto, el oficio de la lectura y el comentario y la crítica. Y eso requiere, como todo taller, machacar y machacar, y estar y engrasarse… En los hospitales ha pasado que se organizaban concursos literarios y entonces se presentaba un escrito que se vomitaba en muy poco tiempo y eso era valorado por ciertas personas que estaban capacitadas para eso. Pero en realidad todo tenía un afán exhibicionista… No importaba mucho que la persona que estaba internada ahí fuera capaz de generar algo estéticamente interesante”, explica Adet, quien además recuerda casos como el de Julio Espinoza, quien estuvo internado allí y hoy es celebrado de una manera apabullante: la “Vidala para mi sombra” ha sido traducida al alemán. Y hay otros casos célebres, como el de Artaud, Höldering, etc. En Salta nunca se había intentado hacer un taller en el que se trabaje todos los días de manera sistemática lo que se produce, para generar poesía en serio, sin apelar a la piedad o a la lástima, sino buscar que salga algo interesante en términos poéticos. “La apuesta es ésa, y esta revista muestra que se puede generar algo importante”, añade. En el taller trabajan de manera relajada y seria a la vez, leyendo mucho, sobre todo a autores salteños y rescatando en ellos frases o palabras que sirvan de disparadores de nuevos textos. “Yo me he enfocado mucho en lo que hace a la literatura salteña, para que conozcamos bien ese tema. Ha sido un hallazgo conocerlo a Alejandro Luna porque, además de escribir, conoce a mucha gente que escribe. Lo más importante es que conoce a mucha gente a la que no se la conoce, que no se mueve en los círculos oficiales y que tiene muchas cosas para decir… Eso va enriqueciendo la cuestión del taller”, dice.
En todo taller literario hay un compartir muy grande, pues cada persona pone frente a los demás su texto, para ser sometido a observaciones. “El interno del hospital no es demasiado sensible a las críticas. Mientras que el escritor, en general, está siempre a la defensiva, no podés criticarlo mucho porque se arma pugilato de inmediato. Con el escritor tenés que ser muy sutil, tenés que tener una delicadeza casi de quinceañera para hablar de esas cuestiones. Pero el interno, pienso en Rubén, vos le hablás de sus escritos y te miran como si les estuvieras hablando del cartel de la Coca Cola que está en frente”, señala.
Años atrás, el gran escritor norteamericano William Faulkner manifestó que tenía tres musas: trabajo, trabajo, trabajo. Adet adhiere a esta concepción y asegura que en el taller se hace hincapié, principalmente, en el trabajo con la palabra. “Hay gente muy talentosa, pero a la hora del laburo, a la hora de machacar y martillar la palabra, es muy reacia. Entonces es lo que hace complicado que funcione un taller, porque la idea es esa: trabajar. Y por muy grande que sea el talento o la inspiración de una persona, sin trabajo no se logra una cosa bien hecha. Nadie. Ni un loco, ni el escritor más excelso. Hubo que empezar desde el principio. Por ejemplo: instalarse leyendo, hacer el oficio de la lectura. Tenés que empezar a entrar al discurso literario, al poético y empezar a familiarizarte con la palabra. Un año entero estuvimos leyendo a escritores salteños y después vos podés notar cómo eso se cristaliza en poemas y escritos propios”.
Alejandro Luna, que colabora con este taller y además ha proyectado abrir otros de ajedrez y dibujo, señala algo que es importante sobre el taller: no es un espacio cerrado, puede ir cualquiera. “No se le cierra la puerta a nadie y eso está bueno, porque va en contra de un imaginario que se tiene del psiquiátrico, que hace que la gente no se acerque. Allí hay algo que hace que la escritura sea distinta, se genera un clima especial con la palabra. Yo estudio Letras y veo en estos textos otra densidad, que no he visto en otros lados”, dice. En este intercambio, poetas como Jesús Ramón Vera y Rosa Machado se han acercado al taller, que siempre ha buscado ser heterogéneo y no sólo de pacientes del nosocomio. “Es que en este proceso estamos todos (los que están adentro y los que están afuera) más o menos en la misma: crear es una forma de lidiar con el dolor humano”, enfatiza Adet.
“A mí lo que me interesa es no caer en esta cuestión de narcisismo disfrazada de caridad. De decir ‘mirá lo que yo hago’, entonces después yo lo muestro y yo quedo bien. Porque el hecho de crear, para algunos de los changos, es una cuestión vital. No es una cuestión menor. A ellos no les da lo mismo escribir o ver la tele. Es realmente importante para ellos. Una cosa es armar las cosas para promocionarse a uno mismo y otra es crear las condiciones para que otro realmente pueda decir lo que tiene para decir, desde su arte”, concluye Adet.

sábado, 5 de abril de 2008

viernes, 4 de abril de 2008

Diario de un escribidor (día final)



Alejandro Kozarts


Así como no tuvo un inicio pensado ni un motivo que lo impulsara, hoy doy por terminado este diario de perpetuo escribidor. El abismo, entre esa hoja y yo, va a ser siempre insalvable.




jueves, 3 de abril de 2008

trancolargo

esto -dijo, mientras le chisporroteaban los cubiculos incandecentes de la fluoresencia dorada en medio del casicraneo después de la noche tantarde que se le hacía en la lagaña de perro tuerto que no alcansa a la pizcapisco menguado de los pobres impropios ladeados en la semitierratumbapescuezotantrafálicosudado de las mediasol que ha visto (no por opción) de caminando en caminata caerse sobre el meado mismo del otro que no es tan otro después de los días de gomorra y Sansondoma en plena monogamia carateca que le hace crepúsculo al alcól para luego darse la vuelta y pegar la ripiosa retirada en los albores de losmediodíasnada que ni pal recuerdo andan y seguir debatiéndoselas sin niños anteriores que griten warangadas kilombeadoras en medio de la fuckultad que al final no sirve para un choto sino para conbencerse de que uno no aprehjende(na...)da más que a escaparce de las momias empastilladas que deambulan melancólicas de tan y tanta teoría tan bien linda y armada para sorprender espasmódicamente a los incautos que no saben o se hacen a los que no saben porque no les conviene que lo que arman o han armado se venga para abajo por un llokalla que les tira a la mierda todo lo conoasido y fácilfósil (con la herradura sobre la sien) porque no hay chumbolandia (tiro dierecto al seso del imbécilcauto) que les cierre lo obligado ni cana insólitocivíl que se materializa escindido de las fauces del diablo estrábico para intercepar la acción lícita para la alcólmariguancia del lóbulo cualquiera que discurre fuera delquesea cuerpo nonato que se hace el tantos de tantos que se la vislumbran sin ismo que valga (porque kropotkin y bakunin nucan han sido) y la garrean (...) sin otra que saber; porque brutos son más caries a la falta de dentadura- no funciona

rodrigo españa

martes, 1 de abril de 2008

La dieta de los argentinos


El Rojo Barclay le contesta a Paul McCartney:


tengo un odio visceral por los putos vegetarianos

TUCUMAN

EN LA PARED DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUCUMAN, UN AFICHE ANUNCIA:

CARRERA DE ESPECIALIZACIÓN EN CULTURA Y LITERATURA DEL NOA.

TITULO DE POSGRADO: eSPECIALIZACIÓN EN CULT. Y LIT. DEL NOA

ADMISIONES HASTA EL 7 DE ABRIL

INFORME: 03814226421 INT 7431

dIRECCIÓN ACADÉ MICA: LILIANA MASSAVA Y EDUARDO GEREZ

MÁS INFORMACIÓN EN: IILAC@WEBMAIL.FILO.UNT.EDU.AR